Políticas

27/11/1997|566

“¡El peaje ha muerto! ¡Viva el súper-peaje!”

Quienes afirman esto no son los automovilistas o transportistas obligados a pagar diariamente por el uso del Acceso Norte, sino los propios beneficiarios de la estafa. Enfáticos, Benito Roggio y Eduardo Baglietto (de Techint) coinciden en anunciar “la muerte absoluta y definitiva del peaje en el país” (Ambito Financiero, 5/11).


La razón del ‘deceso’, dicen los auténticos ‘piratas del asfalto’, es que las obras que quedan por construir no resultarían “atractivas” para la ‘patria contratista’, porque “no serían rentables si sólo fueran financiadas con peaje” (ídem). Según los mismos ‘piratas’, la infraestructura del país se encontraría en un “estado crítico”, y en particular las rutas al Brasil, que estarían “a punto de colapsar” (ídem).


Los ‘piratas del asfalto’ quieren ahora pasar a exigir que se retome el viejo método del endeudamiento público para construir la infraestructura no rentable … mientras ellos siguen afanando el peaje en las rutas troncales y los accesos a las grandes ciudades. Ya reclaman un endeudamiento de 3.000 millones para los próximos cinco años … que naturalmente pagarán los consumidores.


La ‘iniciativa privada’ se ha demostrado incapaz, entonces, de desarrollar una infraestructura nacional.


En lugar de hipotecar el país en beneficio de la ‘patria contratista’, hay que anular ya las concesiones, meterle un impuestazo confiscatorio a los enormes beneficios que han acumulado los ‘piratas del asfalto’ y financiar, con ese impuesto, un plan de obras públicas bajo el control de los trabajadores.