El 21 de julio de 2004, para afrontar la crisis de vivienda, Kirchner anunció el Plan Federal de Vivienda. El plan consiste en la construcción de unas 300.000 viviendas en todo el país a través de cooperativas formadas por los futuros dueños. A su lado se encontraba el “cajero” De Vido.

De la primera etapa (120.000 viviendas) se ejecutó apenas el 24% (29.000). De la segunda etapa, menos todavía. El Plan está totalmente subejecutado; las partidas existentes no son utilizadas. Esto es gravísimo, teniendo en cuenta la situación de miles de familias en todo el país. El dinero no utilizado vuelve a las arcas del Estado y es utilizado para pagar los títulos de la deuda.

Del total de las partidas ejecutadas, el 54% ha ido a parar a manos de cuatro empresas. Las tres principales son Gotti, Esuco y Torraca. Las dos primeras (Gotti y Esuco) son parte del mismo grupo capitalista. Las partidas fueron adjudicadas por De Vido. Todas las empresas son de Santa Cruz; todas son “amigas del gobierno”, como los adjudicatarios de las concesiones petroleras y mineras en Santa Cruz.

El trabajo lo realizan cooperativas truchas, con trabajadores que cobran menos de un tercio de la canasta familiar y en condiciones absolutamente precarias (ausencia de cobertura médica por accidentes de trabajo, ningún tipo de seguro social, ropa ni elementos adecuados, trabajo a destajo, bajo amenaza de despido y sueldos menores a los pactados por contrato).

La inseguridad es tal que en una Cooperativa de José C. Paz hubo cuatro muertos por accidentes de trabajo. Los programas “Mejor Vivir” o “Agua + Trabajo” tienen las mismas características.

El Plan Federal es un negociado que beneficia a los “amigos”.

Los candidatos de la Ciudad de Buenos Aires hacen silencio ante la crisis habitacional. Defienden el llamado “boom inmobiliario”, que no es otra cosa que la entrega de la ciudad a la especulación financiera.

¿Por qué votar a los candidatos del negociado inmobiliario? Suspensión inmediata de los desalojos. Luchemos por una banca obrera y socialista.