Políticas

10/6/2004|854

El Plan Fénix se arruga como un bandoneón

En mayo, los economistas del Plan Fénix (kirchneristas) Eric y Alfredo Calcagno, plantearon que era más conveniente pagarle al FMI los 15.000 millones de dólares que se deben, que reconocer a los acreedores una suma mayor a la comprometida en Dubai. “En definitiva, si el FMI introdujera este tipo de exigencias (menor quita), desligarse (del FMI) resultaría más barato que cumplir sus pretensiones”, escribieron los Calcagno en Le Monde Diplomatique de mayo de 2004. También plantearon que “si el FMI mantiene sus exigencias y el gobierno considera que la solución del desligamiento es demasiado costosa, la Argentina… podría solicitar una quita en el monto de la deuda (con el FMI) análoga a la de los bonistas privados”. Y hasta plantearon, como tercera variante, las alternativas del desligamiento o de default”, en el caso de que “las exigencias del FMI se convirtieran en inaceptables…”.


El domingo 6 de junio (Página/12), sin embargo, Calcagno se metió todas estas alternativas en el… bolsillo y salió a avalar la propuesta kirchnerista. Ahora, el problema ya no sería la quita ni el monto del superávit comprometido sino “¿quiénes pagarán?”. Propone que una reforma fiscal grave al sector financiero y a los argentinos que tienen bienes en el exterior.


¿Pero si el kirchnerismo fracasó en imponer una quita, por qué va a tener éxito en hacerle pagar la deuda exactamente al mismo sector que la tiene en su poder? Aún así, cualesquiera que sean los “nuevos” impuestos (al capital) se trasladan a la población trabajadora y se suman al IVA, y demás impuestos internos.


El destino de la carga impositiva depende de quién detenta el poder político; la “burguesía nacional” o la clase obrera.