La crisis energética y la intervención de YPF tienen uno de sus puntos neurálgicos en Neuquén. Frente al operativo del gobierno, con el apoyo del privatista Sapag, el PTS propuso un proyecto de declaración que plantea un llamado a que "el Congreso Nacional vote una ley para expropiar sin pago el 100% de YPF y de todas las empresas que exploten petróleo y gas dentro del territorio nacional, incluyendo la destilación y transporte, para crear una empresa estatal única bajo la administración de los trabajadores del sector". Es obvio que el Congreso Nacional no haría esto, ni que el planteo socialista fuera viable por vía parlamentaria. El Estado capitalista no expropia al capital.

Los asesores del PO en la bancada propusimos que el proyecto reprodujera la declaración aprobada por la mesa nacional del Frente de Izquierda, que denuncia la orientación privatista de la medida oficial y su naturaleza vaciadora de YPF. También propusimos añadir las reivindicaciones de los obreros petroleros -entre ellas, el pase a planta de los tercerizados, el blanqueo salarial y la anulación del impuesto al salario, motivo de las grandes huelgas patagónicas.

Unilateralmente, el ‘bloque ceramista' mantuvo la propuesta original, rechazó incorporar la declaración nacional del FIT e ignoró el acuerdo para que la bancada, que es del Frente de Izquierda, tomara una posición colectiva. El proyecto unilateral del PTS denuncia al gobierno por el vaciamiento incurrido en los años pasados, pero no la intención vaciadora de la ‘expropiación', que apunta a pagar las cuentas de importación de gas licuado y fuel oil, y los subsidios internos. Pero la declaración nacional del FIT dice que intervinieron "YPF para ofrecerle el negocio a otros capitales imperialistas, como lo afirma claramente en el artículo 17 del proyecto de ley", y que "aunque es presentado como la ‘recuperación de la soberanía petrolera', mantiene un planteo privatizador". El proyecto 'ceramista' tampoco denuncia la intervención a YPF como "un manotazo para pagar los más de 10 mil millones de dólares que costará el combustible que la Argentina tiene que importar este año" (de nuevo, declaración nacional del FIT).

La denuncia de los vaciamientos pasados a YPF la ha hecho hasta el propio gobierno, a través de los camporistas. Lo mismo hace el centroizquierda y la izquierda democratizante, para votar luego el proyecto 'en general'. La línea demarcatoria trazada por la declaración nacional del FIT -la denuncia del carácter reprivatizador de la orientación oficial y la continuidad del saqueo sobre los recursos de YPF- se delimita del ‘apoyo crítico' al gobierno de los que quieren ‘ir por más' -"la estatización del ciento por ciento". Siendo esto lo fundamental, la pregunta decisiva sigue en pie: ¿por qué la autodenominada ‘bancada ceramista' se deslinda de la posición clarísima del Frente de Izquierda y los Trabajadores?

Debemos decir que estamos frente a otra manifestación faccional de la ‘bancada ceramista', que ahora tiene un contenido político. La ‘bancada ceramista' actúa como bloque para excluir al PO y a IS en la campaña contra la reforma educativa en las seccionales opositoras de Aten, resuelta por los cuatro candidatos que componen la bancada -que es del Frente de Izquierda y de ningún otro. Del mismo modo, no se pone en práctica el armado de una agenda común, la reunión periódica y la deliberación abierta con los trabajadores.

Llamamos a respetar los principios de gestión colectiva acordados por el Frente de Izquierda en todo el país.