Políticas

7/7/2007|895

El Polo, junto a Parmalat


El jueves 7, mientras una delegación de la Planta Carapachay intervenía en el acto de Lafsa, la empresa pretendió retirar un camión propiedad de la patronal (todavía), pero la guardia obrera se lo impidió.


 


Ponce, secretario general de Atilra, les había planteado a los compañeros de Parmalat Pilar: “Tomen una decisión, o están con el Consejo Directivo del Sindicato, o están con los de Carapachay”.


 


Taselli había hecho trascender en Carapachay la amenaza (siempre latente) de más de 100 despidos (¡entre las tres plantas se trataría de 300!).


 


El viernes 8, como respuesta inmediata, y con menos de 48 horas de convocatoria, unos 400 compañeros se agruparon en las puertas de Parmalat Carapachay, en una demostración extraordinaria. Las agrupaciones de desocupados del Polo Obrero volvieron a repetir su incansable trayectoria como un refuerzo en la lucha de sus compañeros de Parmalat actuando como una sola clase.


 


En esa jornada numerosos oradores tomaron la palabra. Una importante delegación de compañeros de Lafsa agradeció que en la jornada anterior otra importante delegación de compañeros de Parmalat se había hecho presente en su acto como demostración concreta de la unidad de los trabajadores.


 


Hay que señalar que la trayectoria de lucha de los compañeros de Parmalat Carapachay los planta como un verdadero David luchando casi en soledad, porque todavía no se han sumado todos los trabajadores de Parmalat. El burócrata Ponce atiza la división cuando en la reunión con los obreros de Pilar les aconsejó: “…cuiden la plata, porque la cosa viene jodida…”. El camino lo marcan los obreros de Carapachay desde la jornada del 8 de diciembre de 2004, cuando la anterior patronal intentó allanar el camino a Taselli y terminó acorralada por sus obreros.


 


 


La secta provocadora


 


Sin embargo, el día del acto, el PTS, que ya en su prensa advierte desde hace tiempo a los que luchan en Carapachay que están frente a una encerrona (¡!), se presentó ante los obreros de esta planta con una política de desmoralización sistemática. La mayoría de los presentes (todavía, por suerte no había llegado la delegación de Lafsa), escuchó con estupor los desvaríos de uno de los oradores de esta secta, quien aprovechó el uso del micrófono para desmerecer la envergadura del acto y recordar a los obreros que las luchas hay que “prepararlas con tiempo”.


Inclusive, en un volante les dicen a los obreros de Parmalat Carapachay que en el acto precedente de Lafsa “…tuvieron la oportunidad de comprobar cómo se organiza un acto unitario!!!”. Insólito, y quieren que se les crea cuando dicen que vienen a respaldar la lucha.


 


Si fuera por estos elementos, no se sabe qué sería de esta lucha, pues a caballo de coordinadoras que reclaman para luchar y de tiempos que hay que tomarse para ello, exigieron, en un plenario en la puerta de la planta realizado el viernes, “una guardia inmediata para defender con el cuerpo la probable intentona de la patronal”. Los que acampamos desde el sábado recién los vimos aparecer el lunes a las 5, y se fueron a las 6:30. Todo un cachivache.


 


Indudablemente, la lucha de clases que se impone a la clase obrera y a sus partidos no se parece en nada a una tacita de té a las 5 de la tarde. A veces (muchas veces) una convocatoria de emergencia muestra cabalmente quién es quién en esta escuela de luchadores y revolucionarios consecuentes. Los que luchan en Carapachay están sacando sus propias conclusiones sobre este asunto.