El presupuesto educativo K, un fraude

el presupuesto educativo k un fraude IVAN ASNICAR

Foto: Iván Asnicar

El sinceramiento de las estadísticas del Indec dio por tierra con uno de los mitos más difundidos del “relato”. De acuerdo con las nuevas cifras del PBI, el presupuesto educativo se encuentra en porcentajes anteriores a 2001. La diferencia que se deriva de este incumplimiento es simplemente sideral. A valores actuales, asciende a los 125 mil millones de pesos -el equivalente a 7 mil escuelas.
En rigor, el gobierno se jactaba por una plata que nunca ponía, puesto que el grueso del presupuesto educativo está a cargo de las provincias. El Estado nacional cubre el financiamiento de las universidades y algunos planes de becas, dos rubros ciertamente desguarnecidos. Los K dejaron intacta la descentralización educativa de la dictadura militar y el menemismo, que transfirieron primarias y secundarias a las provincias sin brindarles los recursos. La ley de Financiamiento ata a la educación a los vaivenes -o sea a los ajustes- de la economía capitalista.

Los compromisos educativos no trascendieron la promesa. Por caso, la “vuelta de la secundaria” que pregonó la Ley de Educación Nacional (LEN) en oposición al polimodal es el polimodal de los ’90 con otro nombre. En la Ciudad de Buenos Aires, Macri se vale de la LEN K para ajustar la secundaria. Lo que sí ha crecido en estos años son los subsidios a los jardines, primarias y colegios privados, lo que implicó que gran parte de la matrícula fuera absorbida por instituciones orientadas por la Iglesia. En la universidad, el desfinanciamiento estatal trajo como contrapartida la multiplicación como hongos de los posgrados pagos y los convenios con empresas.

Ante esta crisis educativa, la Fuba plantea el aumento del salario docente y del presupuesto educativo, la derogación de las leyes antieducativas y un boleto gratuito para todos los niveles.

Julián Asiner

Presidente de la Fuba