Sindicales

30/1/1996|481

El privatizador Duhalde comenzó con los despidos

“Duhalde sera este año el ‘privatizador’ oficial más prominente”, dice un  editorialista de La Nación (13/1), por la entrega de Eseba, la empresa de electricidad. La deuda de Eseba “el erario bonaerense la tomaría integramente a su cargo”, lo que constituye “un conjunto capaz de tentar el apetito de los grandes grupos locales y extranjeros” (ídem). Además asoció el Banco de la Provincia con capitales privados en el negocio de las AFJP y en “asociaciones con centros financieros del exterior” (ídem), lo cual constituye una privatización parcial del Banco.


Despidos


La Legislatura duhaldista —en medio de una brutal represión contra los trabajadores que se concentraron para protestar— aprobó varias leyes para despedir estatales y municipales, recortar salarios, anular conquistas y desmantelar servicios de los municipios en favor de diversas camarillas privatizadoras. El centro del ataque: la salud.


Los hospitales públicos son el botín de los privatizadores. Hubo despidos en los hospitales de Monte Grande, Morón, Solano, Palomar. Desaparecen servicios y se “reforma” los hospitales publicos transformándolos en ‘especializados’ (el polivalente de Morón pasaría a ser un materno- infantil), porque esto facilita su copamiento por los privatizadores. Los médicos y trabajadores de la salud son racionalizados, superexplotados y despedidos.


El ministro de salud de Duhalde, Mussi, dijo que “el eje central de nuestra política (pasa) por la descentralización, la autogestión y la regionalización de la salud” (ídem). Significa que el estado provincial se desentiende del financiamiento de la salud publica, la que debe arreglarse a través de la ‘autogestión’, es decir, el autofinanciamiento (aranceles, contrato con terceros, etc.).


La lucha del Hospital de Morón llevó a Duhalde a cambiar el ángulo de su ataque para impedir una generalización de la resistencia. Un vocero de Duhalde confesó oficiosa e ironicamente (Página 12, 16/1) “preferimos el metodo vaselina”. Y lo ejemplificó: “En La Matanza, por ejemplo, iban a hacer lo mismo que Rousselot. Ahora, en vez de telegramas, se abrirá una lista de retiros voluntarios. Se jubilará a los que están en edad y se despedirá a 300 sumariados. A los empleados de salud se les aplicará la incompatibilidad laboral… Con estas medidas quedarán vacantes entre el 30 y el 40% de los cargos en salud”. Ya en General Sarmiento (ver notas), se comenzó a ‘trasladar’ trabajadores y médicos del Hospital Larcade hacia otros hospitales ‘fantasmas’.