Políticas

18/8/2005|913

El progreso social bajo el capitalismo

Se llevó a cabo el Segundo Encuentro de Transporte Fluvial del Litoral, con la presencia de los gobernadores Obeid de Santa Fe y Busti de Entre Ríos, de Lisandro Salas, subsecretario de Puertos y Vías navegables de la Nación, de las autoridades portuarias de Rosario, Santa Fe, Villa Constitución, Reconquista, Concepción del Uruguay, Ibicuy, Diamante, Formosa y Misiones, y de 250 empresarios de distintos rubros.


Obeid señaló: “Los puertos son motores de actividad económica, generadores de empleo, de políticas viales y ferroviarias”.


La gran preocupación de los capitalistas fue que se multipliquen las obras de infraestructura (bancadas por el Estado), para mejorar la navegabilidad de la hidrovía Paraná-Paraguay y del Uruguay, que se trabaje en el dragado, en dar mayor profundidad a los puertos, que haya mejores accesos viales a las zonas portuarias y que se impulse el tránsito ferroviario (reactivación del Belgrano Cargas), para hacer realidad el embarque de 100 millones de toneladas de granos.


Todos los reclamos del capital fueron dirigidos al Estado nacional, invocando: “Financien la infraestructura así se hace realidad el progreso social”; pero lo que se persigue en medio de este fabuloso saqueo de riquezas naturales, es abaratar en un 20% el costo de los fletes, que significaría un notable incremento en el conjunto de las ganancias de los pulpos agroexportadores, ya suficientemente estimulados por los bajos costos de la mano de obra.


El progreso social de los capitalistas se limita a su enriquecimiento, implementando de hecho una polarización de clases a través de la miseria. Veamos sino cómo la hipocresía no tiene límites: el secretario de Trabajo, Alberto Gianneschi, dice: “Muchos menores trabajan en quintas” y “el 90% de los trabajadores rurales trabaja en negro”. Mientras Eduardo Orsolini, presidente del Renatre (organismo oficial dirigido por las patronales explotadoras del trabajo ajeno), confiesa: “No se busca perseguir al empresario (por tener obreros en negro), sino acordar formas progresivas de blanqueo, en caso contrario se aplicarán multas de… 500 a 5.000 pesos”. A todo esto, las autoridades del Puerto de Rosario —mientras el ingenio Ledesma embarcaba 28 mil toneladas de azúcar con destino a Africa— acordaba con la Universidad Abierta Interamericana un cupo de pasantías para que los estudiantes trabajen por chirolas en el puerto.


Es imprescindible una alternativa obrera, de izquierda y socialista que imponga, mediante el control obrero, condiciones de trabajo bajo convenio, salario igual a la canasta familiar, impuestos directos a las ganancias capitalistas, que se abran los libros de las empresas y un plan de obras públicas y de industrialización bajo dirección obrera.