Políticas

9/9/2004|867

El salario minimo… del Banco Mundial

El gobierno ha presentado el au­mento del sueldo mínimo a 450 pesos y de la jubilación mínima a 308 pesos como dos fuertes medidas para reducir la pobreza y que redistribuyen los ingresos. Sostiene que, desde la devaluación, el salario mínimo y |a jubilación mínima aumentaron más que la inflación. El sueldo mínimo esta­ba en 200 pesos y ahora pasa a 450 pe­sos (de 1 peso a 2,25 pesos la hora) y la jubilación mínima saltó de 150 a 308 pe­sos.


Estos aumentos cubren, dentro del mí­nimo, a un número mayor de trabajadores y jubilados. El 65% de los jubilados -dos millones- cobrará 308 pesos por mes y la mitad de los trabajadores ganará 450 pe­sos mensuales.


Esto ha determinado un achatamiento de los sueldos y las jubilaciones hacia los mínimos, lo que convierte a la “política de ingresos” del duhaldo-kirchnerismo en una política minimalista.


Ocurre que los sueldos de los estatales siguen congelados; que desde la devalua­ción el aumento de las jubilaciones para los que están por arriba del mínimo sólo aumentó el 10%; que no hay ninguna ac­ción efectiva para reducir el trabajo en ne­gro (que sigue batiendo récords); y que los salarios del resto de los trabajadores si­guen aplastados.


La política de hacer eje en el sueldo y jubilación mínimos responde a una orien­tación internacional, dictada por el FMI y el Banco Mundial. Desde mediados de los


‘90, con el pretexto de que la población en­vejecía, el Banco Mundial lanzó las direc­tivas de reformas laborales y privatización de la seguridad social para reducir salarios y jubilaciones. Para proseguir con esos ob­jetivos, la semana próxima se realizará en Pekín un Congreso de la Asociación Inter­nacional de la Seguridad Social (AISS), con la participación del gobierno argentino.


El diagnóstico de este organismo es que se impone ‘trasladar el foco de aten­ción de la conservación de los ingresos a la reducción de la pobreza y a la cober­tura de la asistencia médica básica”, es­to porque el “empleo formal (es decir, el empleo remunerado con un salario) no se ha expandido” y ‘muchos trabajadores tienen unos ingresos que son inciertos o irregulares o no tienen ingresos en ab­soluto”.


Para “la iniciativa de la AISS, los sis­temas bien diseñados para reducir la po­breza podrían cubrir las necesidades de los trabajadores y de sus familias me­diante prestaciones pecunarias de subsistencia”.


En consecuencia, el “nuevo Estado de bienestar” no es otro que el que asegura un ingreso de subsistencia, que ronda el valor de la canasta de indigencia. Precisamente, el nivel donde se encuentran hoy el sueldo y la jubilación mínimo« en la Argentina. El kirchnerismo se ha convertido en un avanzado en la aplicación de loe nuevos preceptos de se­guridad social del imperialismo mundial.


Para el PO, en cambio, un salario mí­nimo de 800 pesos es un trampolín para llevar el salario y la jubilación al valor de la canasta familiar, que hoy es de 1.500 pesos.