Políticas

19/3/2009|1075

El Salvador: La victoria del FMLN

Después de veinte años de dominación derechista, la izquierda llegó al gobierno en El Salvador. La victoria del FMLN es, entonces, “un acontecimiento histórico”. Pero, ¿de qué carácter y alcance?
Durante la campaña electoral, el presidente electo Mauricio Funes prometió mantener el Tratado de Libre Comercio y la alianza política con Estados Unidos. Un enviado especial asegura que Funes aceptó ser candidato del FMLN “bajo la condición de que Estados Unidos no podía ser siendo el enemigo” (Página/12, 15/3).
En sus primeras declaraciones, Funes reivindicó la “integración centroamericana” y “el fortalecimiento de las relaciones con Estados Unidos”; además, se diferenció de Chávez. Su primera preocupación – planteó después de la victoria-  será alcanzar un “pacto fiscal” con la derecha (El País, 17/3). En su discurso de celebración llamó a la “unidad nacional” y a “evitar el revanchismo”.
Funes contó con un guiño del propio Obama. Cuando los medios de la derecha ‘informaron’ que Estados Unidos expulsaría a los inmigrantes salvadoreños si ganaba el FMLN, el propio embajador norteamericano en San Salvador salió a desmentirlo públicamente.
Con la victoria de Funes, El Salvador se incorpora al “concierto latinoamericano” de los gobiernos centroizquierdistas. Aunque la derecha lo acusaba de querer “entregar el país a Chávez”, Funes tomó distancia del bolivariano, al que no mencionó ni agradeció en su discurso de celebración.
Funes asume en el cuadro de una crisis mundial que golpea salvajemente a El Salvador. La recesión en Estados Unidos cierra el principal mercado para las exportaciones salvadoreñas y amenaza con reducir las remesas de los emigrados. En Estados Unidos, los inmigrantes son los primeros despedidos; su tasa de desempleo triplica el promedio nacional.
Por su programa y por sus primeras declaraciones, por su decisión de mantener los acuerdos políticos y económicos con el imperialismo, resulta claro que Funes no podrá dar una salida a la apremiante miseria popular.
“Se ha cerrado una etapa histórica”, declaró Funes. Se abre otra, en la que los trabajadores y campesinos deberán dirigir sus reivindicaciones y reclamos a un gobierno de izquierda que intenta gobernar de la mano del imperialismo “democrático”.

Luis Oviedo