Políticas

25/3/2015|1356

El transporte de cargas, la crema del negocio


El proyecto dedica una particular atención al transporte de cargas, uno de los temas que provocó mayor inquietud en el empresariado, por la sencilla razón de que es el nudo de una constelación de negocios. Constituye la sociedad comercial “Belgrano Cargas y Logística SA” – “funcionará como empresa privada”, dijo Randazzo – que no solamente está habilitada para la administración del corredor que va al NOA y al NEA, sino “al mantenimiento de la estructura ferroviaria y la gestión de los sistemas de control”, de conjunto, “pudiendo asimismo realizar todas las demás actividades complementarias y subsidiarias de la red nacional ferroviaria de cargas”. El texto se apresura a remarcar que la operación será “por sí, por intermedio de terceros o asociada a terceros”.


El Belgrano Cargas recorre trece provincias y es, si se lo reconstruye, un corredor de excelencia para la soja y el traslado de minerales, por lo que interesa a los chinos y a la burguesía “nacional”. Más allá, la viga maestra de los negocios depende de la definición del modo de transporte en los grandes corredores del Mercosur y de la crisis mundial – que no deja mucho lugar para quimeras desarrollistas. Existe sí un poderoso lobby tendiente a potenciar el transporte ferroviario de cargas, en oposición al camionero. “Nada personal, señor Moyano” es el título de un estudio de la Fundación Mediterránea que replica otro del Banco Mundial sosteniendo que uno de los principales lastres de la competitividad en el país es el exagerado costo de la logística, que multiplica por tres la carga en relación con Estados Unidos.


Pero además, el proyecto deja abierta la puerta para que el Estado concesione los servicios de mantenimiento y gestión de los sistemas de control. No hay una palabra dedicada a la reconstrucción de la industria ferroviaria y la rehabilitación total o parcial de los 37 talleres que hoy son sitios abandonados.