Miles de trabajadores de Neuquén decidieron salir a luchar, porque en estos cuatro años de gobierno de Jorge Sapag han empeorado sus condiciones laborales y de subsistencia.

Pero lo han hecho a pesar de sus direcciones, obligados a arriesgarse, porque la dirección de CTA-UNE está empeñada en arrear a esos miles detrás de las colectoras de Farizano, la otra pata kirchnerista que se postula como relevo del gobierno del MPN.

Es lo que se puso de manifiesto cuando los dirigentes de ATE y CTA se fueron al mazo en una partida clave, luego de varias semanas de paros y marchas masivas, e incluso de un corte de ruta promovido por ellos mismos -del que tuvo que rescatarlos la mediación del obispo. Firmaron, igual que UPCN, un acuerdo de paz social con el gobierno hasta después de las elecciones, porque el “aumento” del 11% en cuotas ya estaba impuesto por decreto. Asambleas de salud, acción social y otras reparticiones rechazaron el acuerdo, pero se eliminaron los plenarios de delegados para llevar los mandatos.

En Aten, la dirección celeste trató de seguir el mismo camino, pero sin éxito. Las asambleas rechazaron mayoritariamente (incluso dos dirigidas por ellos), lo que la dirección nuevamente había aceptado por los medios antes de la realización del plenario de secretarios generales; y votaron otras 48 horas de paro y movilizaciones.

Lo que está expresándose es el proceso de una experiencia que viene conquistando delegados y varias seccionales y minorías en las direcciones del sindicato, que se han agrupado en la defensa de las asambleas y sus mandatos.

Y con esta experiencia a cuestas, los trabajadores de la educación y los estudiantes continúan el plan de lucha, ya sin los gremios estatales, luego de un acuerdo de paz social y aislamiento a los docentes de todas las colectoras K, en primer lugar de la CTA-UNE-Proyecto Sur.

Una gran peña

De este proceso son protagonistas las más destacadas candidatas del Frente de Izquierda, y quedó plasmado en un pronunciamiento al que le pusieron la firma importantes compañeros de seccionales opositoras como Aten Centenario, Junín de los Andes, Andacollo, Zapala, Plottier y Picún Leufú, decenas de delegados y activistas de la capital y la provincia. A este primer pronunciamiento, le siguió el de compañeros activistas, entre ellos dirigentes de la agrupación Rosa.

Pero una de las manifestaciones más significativas fue la peña de apoyo al Frente de Izquierda, el 28 de mayo. Alrededor de trescientas personas, con mayoritaria presencia docente, compartieron una jornada especial, de gran camaradería, en donde hablaron los candidatos luego de varios músicos solistas y grupos (docentes y estatales), que hicieron el aporte artístico de la noche. El baile coronó una velada que para muchos hacía falta y que no podíamos dejar de hacer para preparar las dos últimas semanas de campaña.

De la novedad al interés, a la acción

La unidad de la izquierda apareció como una novedad que concentró la atención de distintas corrientes y agrupaciones. El Frente de Izquierda despierta un interés, genera una delimitación y llama a la acción política.

Y ese aspecto le otorga un enorme valor político, dinámico y movilizador.

Tenemos entre manos una gran batalla, genuina, que el Partido Obrero se empeña en dar contra la tentativa de confiscación política, que pretende arrear a los luchadores a una cancha hostil a la mayoría que vive (o intenta vivir) de su trabajo.

Si el Frente de Izquierda contribuye a la clarificación política, el esfuerzo por atraer a todas las expresiones populares conquistará a un amplio sector de luchadores a manifestarse por un voto a conciencia. No al revés.

Nos quedan dos semanas para poder medir cómo se expresa este proceso. Que todos los compañeros que apoyan al Frente se transformen en agitadores, en fiscales y en candidatos del Frente de Izquierda. En candidatos de ellos mismos.

¡Vamos Frente de Izquierda!