Políticas

15/10/2015|1385

El voto al FIT en el movimiento obrero


Fracciones del movimiento obrero se van volcando conscientemente al voto al Frente de Izquierda.


 


La campaña en provincia va dando cuenta de ello. En Necochea nos reunimos con la Comisión Directiva de ATE que nos votará y lo harán tomando cuenta a la primera concejal de la lista, activista de la Bermellón, a pesar de que la directiva revista en la Verde Anusate. Casos similares registramos en Berisso, Avellaneda y el fenómeno se extiende a Suipacha, Azul, Olavarría y un sinnúmero de seccionales de ATE. Un amplio sector del degennarismo define su voto por el FIT, aun cuando el Frente Popular no fijó posición. Ese fenómeno se aprecia también en Luz y Fuerza Mar del Plata. Para reforzar esta tendencia, hay que explicar una y otra vez que Stolbizer apoya a Macri en nueve provincias y que Milman adelantó que lo votará en segunda vuelta.


 


Recientemente, la CGT marplatense convocó a Alejandro Martínez y Agustina Vaccaroni, candidatos a intendente y concejal del PO, quienes expusieron ante no menos de 80 delegados de varios gremios, acompañados por un candidato nuestro del Smata. En el caso del Smata local, la Comisión Directiva, en un plenario donde llamó a votar a Scioli, sin embargo explicó que hay otros candidatos como el del FIT, quien recibió aplausos y el apoyo directo de un sector de delegados.


 


Días atrás fui convocado por la FEB como candidato a gobernador. Acompañado por Romina Del Plá, Daniel Rappanelli y Amelia García, expusimos nuestro programa para la Educación y en relación a las luchas docentes y establecimos acuerdos de intercambio para el trabajo parlamentario en función del boleto docente y otras iniciativas. La reunión causó, sabemos, fuerte impacto en las filas de la extensa nómina de afiliados de la FEB.


Las experiencias de reuniones con dirigentes empezó en realidad en la reunión de la CATT con Altamira. Algo que en el pasado no ocurría. El crecimiento de la izquierda en las filas obreras y como referencia política de los explotados no puede ser ignorado por la burocracia sindical. La idea de los “sindicatos de Perón” está quebrada y las propias direcciones se ven obligadas a tener en cuenta la “pluralidad” que se desarrolla en la base, en cuerpos de delegados y seccionales.


 


La apertura a la izquierda de la fábrica Petinari del Smata en Merlo, ocupada por sus trabajadores, debe inscribirse en esta tendencia.


 


Por otro lado está creciendo exponencialmente el pronunciamiento por el voto al FIT que publicamos en estas páginas, camino a las mil adhesiones, muchas de ellas después de su publicación, que no podía esperar más. Hay fenómenos como las 100 adhesiones en el Suteba Ensenada y las 25 de los Municipales de Coronel Suárez o las 75 de Conaduh que reflejan la masividad donde hay condiciones aptas para la expresión pública evitando la represalia patronal, algo que cuidamos delicadamente.


 


Las experiencias descriptas, que son apenas ejemplos, porque la adhesión es enorme entre plásticos, papeleros, gráficos, telefónicos, ATE y judiciales de Mendoza, en el Sitraic, periodistas, alimentación y muchos gremios más, indican también el vuelco, no ya individual, sino de fracciones enteras a luchar por el voto a la izquierda clasista expresada políticamente en el FIT.


 


La izquierda y los sindicatos


 


Recientemente el periodista R. Cárpena de Clarín, interpretó que la “táctica Daer”, que según él llegó a reclamar aumentos especiales a las patronales para neutralizar al clasismo, habría dado más resultado que la línea represiva de Pignanelli -el despido de activistas a sangre y fuego-, algo que hizo el propio Daer y desató la huelga general de 2009 en Kraft. La reflexión viene a cuento de la reciente derrota de la CI surgida en 2009 y dirigida por el PTS.


 


La tesis del periodista es al menos discutible por dos motivos. En Cresta Roja, de Alimentación nacional, que recibió los mismos aumentos, ha triunfado hace días una interna antiburocrática, después de un gran proceso de destitución del viejo cuerpo de delegados. Lo mismo vale para Unilever y otras plantas. Segundo, la interna ganadora en Kraft está integrada por otra corriente de izquierda que fue aliada de la lista antiburocrática en el STIA.


 


Por otro lado, ha fracasado hasta aquí el intento de unir a la burocracia peronista y particularmente hacerlo en función de un futuro pacto social. El apoyo cerrado a Scioli de los sectores de Caló, parece haber empujado a Moyano a “cerrar” más estrechamente con Macri. Esto constituye una granada más contra la “identidad peronista” del movimiento obrero.


 


La fractura de la burocracia, su desprestigio, los Pedraza presos y los Caló imputados, son parte de una crisis de fondo. La transición hacia una nueva dirección en el movimiento obrero sigue su curso, aunque no sea lineal y comporte derrotas parciales. El ajuste tendrá en el movimiento obrero un potencial oponente formidable.


 


Como en 2013, se observa un voto importante en las siderúrgicas, cementeras, del aluminio o entre camioneros opositores, como los de Olavarría. El voto al FIT refuerza la lucha por una nueva dirección clasista y prepara la lucha para quebrar el ajuste. Sigamos la lucha voto a voto y la agitación masiva del pronunciamiento y los materiales en puerta de fábrica porque estamos ante una enorme posibilidad.