En estas semanas de “recta final”, cuando los medios calculan y recalculan los votos en favor y en contra del proyecto de ley, se reveló que el presidente de la Comisión de Medios de Comunicación y Libertad de Expresión del Senado, Guillermo Raúl Jenefes, es propietario del multimedio Radiovisión Jujuy SA, grupo que integra el Canal 7 (de aire), las emisoras radiales AM 630, FM 97.7, Radio Perico y Radio Libertador, y el cable Codivisión.

No debería asombrarnos esta “convergencia” entre políticos patronales y medios de comunicación, ya que se reproduce en el clan Romero –propietario del Grupo Horizontes SA, que cuenta con el Canal 11, AM 840, Radiodifusora Salta y el diario El Tribuno–; en los representantes del Movimiento Popular Neuquino –que tienen al grupo amigo de Schroeder, dueño de los oficialistas LU5 y el diario La mañana de Neuquén– y, para no abundar, en los kirchneristas patagónicos –con El Periódico Austral y Canal 2, cuyo dueño es Rudy Ulloa, un íntimo del matrimonio presidencial.

Es cierto que esto mismo lo podemos denunciar ante cada ley que llega a tratarse en el Congreso honorable, donde se muestran los intereses ¿cruzados? de estos representantes del capital.

Pero aquí el dato permite una conclusión adicional: la existencia en cada provincia de una enorme concentración de medios locales subordinados al poder político.

Los “cartabiertistas” o el progresismo filo K deberían apuntar esto. Sobre todo cuando celebran, entre otras zonceras, la “voluntad federalista” del proyecto. De aprobarse la ley tampoco se modificará el mapa concentrado en las provincias. Puede ser que nuestros compatriotas, como se ha argumentado en los debates congresales, dejen de abrumarse con las noticias porteñas, pero lo cierto es que seguirán recibiendo en cada ciudad y en cada pueblo la voz y la señal de mando de los partidos patronales.

Eso también votan los senadores.