El 23 de septiembre se pondrá en juego la continuidad de Zanola al frente de la Asociación Bancaria. Se formó una lista opositora que lleva a la cabeza al ex zanolista Fontana.

Un balance del conflicto salarial nos tiene que mostrar qué son estos dos sectores. Durante todo el conflicto, La Bancaria realizó tres paros generales y un conjunto de marchas. En los bancos donde la oposición tiene mayor presencia se llamaba a “no parar porque seguro que no se hace”, y de esa forma vaciar la lucha por el aumento salarial.

El zanolismo encorsetó el reclamo, no permitió la realización de asambleas de trabajadores y tampoco se instrumentaron los cuerpos de delegados que hubieran permitido un paso importante en la lucha contra las patronales. Todas estas posiciones ya fueron expuestas en estas páginas en el momento del conflicto.

A partir de la inacción de la oposición y del dirigismo de la burocracia, todo un sector de jóvenes activistas fue cooptado por el sindicato, pasando a engrosar las listas de los cuerpos de delegados de sus bancos. Es decir, la vanguardia de los bancarios de la Capital y la provincia de Buenos Aires se ha plegado a la dirección de Zanola, que negoció un aumento que para muchos de estos jóvenes (en su mayoría de call centers) llega al 30% de su salario. Este nuevo sector no tiene para nada tranquilo a Zanola.

Si bien hay provincias donde el motor del paro fue la oposición, o algunos sectores de la oposición, ésta es una bolsa de gatos donde podemos encontrar desde zanolistas reciclados hasta banqueros “comunistas” (Credicoop).

Unos y otros dejan pasar la privatización del Banco Provincia, el desfalco y las irregularidades en el Policlínico Bancario (adulteración de medicamentos y relación con el caso del triple crimen), los contratados y pasantes sin convenio, la flexibilización y, lo más importante de todo, han dejado pasar los despidos “encubiertos”.

Llamamos a los bancarios a luchar por construir una alternativa democrática de lucha.

Corresponsal