ELECCIONES EN NEUQUEN | Se duplica el voto al Partido Obrero

Los candidatos oficialistas en todas sus variantes sufrieron un importante revés electoral.
El MPN, partido que gobierna la provincia, se impuso ajustadamente con el 29% de los votos. En 2007 mantuvo la gobernación (año en que asesinaron a Carlos Fuentealba) con el 48% de los votos. El MPN tiene alrededor de 110 mil afiliados y obtuvo 70 mil votos, lo que demuestra una ruptura de su propia base. El retroceso se evidencia en la derrota sufrida en San Martín de los Andes y Zapala, las únicas dos localidades de peso que le quedan y en donde en los últimos meses se protagonizaron importantes luchas y cortes de ruta. Y en la caída de casi 14 mil votos en la capital. Con este porcentaje de votos y confrontación con la población, deberá dirigir el proceso de despidos, tarifazos y reducción de salarios, lo que promete un rápido proceso de profundización de la crisis política.

El radical “Pechi” Quiroga, quien luego de ser funcionario K se apegó al reclamo de las patronales agrarias, quedó en un segundo lugar con el 25,8% de los votos a pesar de haberse impuesto en la capital. Si bien se quedó con el triunfo en San Martín de los Andes, retrocedió como su principal contrincante en la capital respecto de 2007. Y ahora debe defender la intendencia en las elecciones del 23 de agosto con todos sus socios K devaluados (UNE y Libres del Sur).

El UNE apareció en escena en 2005, para las elecciones de constituyentes, con un debut que conquistó 20 mil votos (9,89%). Y luego coronó su cúspide con los 14 mil sólo en la capital para las elecciones de intendente en 2007. Para el UNE, que esta vez optó por dejar en el camino al dirigente de ATE Julio Fuentes, para aliarse con Raúl Podestá, del Frente para la Victoria, las cosas fueron peores. Juntos sacaron menos votos que separados. En la capital descendieron a los 8 mil. Es que la crisis política acelera los procesos. Lo que en el MPN se desarrolló en 40 años el UNE lo quemó en cuatro y con una crisis interna inocultable entre kirchneristas y sojeros. Mariano Mansilla (secretario de Gobierno), que prometió la casa económica propia, terminó siendo parte de la brutal represión de más de 24 horas con balas de goma y plomo contra la Toma Confluencia. Ese solo dato sobra para comprender la fugaz experiencia de un importante sector de trabajadores que se expresó el 28.

El candidato testimonial Ramón Rioseco, del FPV, y el desvencijado Jesús Escobar, de Libres del Sur, obtuvieron lo que dio su política rastrera con el gobierno nacional y de agotamiento de las alianzas, entuertos y cambios de camiseta elección tras elección.

El Partido Obrero, el único que creció

Con poco más de 6.500 votos, el Partido Obrero duplicó su votación. En la capital podemos afirmar que casi nos hemos cuadruplicado (900 a 3.500).

Es que la campaña del PO empalmó con la experiencia vertiginosa que hacen los trabajadores frente a las consecuencias de la crisis capitalista.

Nos aferramos a ser parte de ella en las fábricas del Parque Industrial, en las chacras con los obreros rurales, con los vecinos que luchan por la tierra y la vivienda, con los estatales y docentes que reclaman aumento de salarios, presupuesto para salud y educación y pase a planta permanente, con las mujeres que se organizan por sus derechos, con los petroleros que enfrentan los despidos y suspensiones, con los desocupados y subocupados a los que se les quita la asistencia social y alimentaria.

Denunciamos el carácter fraudulento de esta elección anticipada y pusimos a consideración de la población un plan de salida a la crisis capitalista, comenzando en primer lugar por comprender su carácter, sus contradicciones y la intervención estratégica a la que los trabajadores estamos llamados a hacernos cargo para que la crisis la paguen los capitalistas.
Esa tarea nos encontró en Cutral-Co y Plaza Huincul, Picún Leufú, San Martín de los Andes, Centenario, Rincón de los Sauces, Plottier, San Patricio del Chañar, Neuquén. La campaña por los medios de prensa fue excepcional: más de 60 entrevistas radiales en 30 días, con entrevistas de 12 minutos de promedio en donde desarrollamos nuestros planteos, con una contundencia tal que no hubo lugar para el ataque de los periodistas más adversos.
En Chañar (donde vive nuestra compañera Carina Cerda), derrotamos con contundencia a las listas de candidatos patrones de las chacras (PRO y Todos por Neuquén); fuimos la quinta fuerza entre diez candidatos y tuvimos fiscales en todas las mesas del pueblo, con obreros rurales y vecinos de los barrios más castigados.

En la zona Sur de los lagos (de donde es candidato Camilo Torres), obtuvimos la más alta votación de la provincia, superando el 4%. En Cutral-Co y Picún Leufú se abren nuevos núcleos partidarios. Y nuevos contactos en varias localidades de la provincia (Zapala, Chos Malal, Rincón) defendieron el voto al PO como fiscales.

A medida que se acercaba el día de la elección, la respuesta en las calles y en los lugares de trabajo de los vecinos anticipaba este importante salto del Partido Obrero en Neuquén. Situación que los partidos patronales advirtieron, ya que el robo de nuestras boletas fue sis-te-má-ti-co en toda la provincia. Y eran los mismos votantes los que se las ingeniaban para avisar a los fiscales que quedaban pocas o ninguna boleta.

Dimos una gran batalla. Ganamos miles de trabajadores nuevos para defender un voto y un programa obrero y socialista. Están listas las bases para la construcción de un gran partido obrero en la provincia, una herramienta necesaria para transformar ese programa en acción política consciente, que incida en el escenario de derrumbe capitalista.

Tenemos por delante una nueva lucha política en la elección de concejales de la capital neuquina.

Estamos a prueba.

¡Adelante compañeros!

Patricia Jure