Juventud

10/7/2008|1045

Eliaschev, nada nuevo

Pepe Eliaschev no podía dejar de dedicar su columna dominical en el diario Perfil a repudiar la ocupación estudiantil del Colegio Nacional de Buenos Aires. Por problemas de espacio sólo decimos lo siguiente.

A Eliaschev le parece disparatado que los estudiantes pidan estar en un cogobierno. Por otro lado, admite la destrucción física del colegio, la falta de presupuesto, el desinterés oficial por preservar siquiera un edificio que fue declarado monumento histórico y los magros salarios de la planta docente.

La inteligencia que se atribuye Eliaschev sin disimulo es puesta por lo menos en duda en su columna de opinión. Es que no se quiere ver la relación directa que existe entre la realidad que describe y el reclamo de los estudiantes.

Si las autoridades, todas, son responsables de la crisis del colegio, es absolutamente lógico que surjan cuestionamientos a esa misma autoridad. Después de todo, ¿por qué debemos mantener un poder o un gobierno que hace gala de una enorme incapacidad o, peor complicidad, con esa destrucción?

Por otro lado, los estudiantes que señalan y denuncian la crisis del colegio demuestran poseer con esto grandes reservas políticas y morales. ¿Por qué cuestionarlos en lugar de reivindicarlos? Tienen todo el derecho a reclamar su participación en el gobierno del colegio. ¿No es mejor que estén en el gobierno aquellos que quieren defender al colegio y no quienes son los responsables de sus crisis?

Eliaschev evita hacerse las preguntas cuyas respuestas no le convienen. Pero quien acomoda sus reflexiones según conclusiones interesadas no puede ni debe pretender dar cátedra a nadie, y mucho menos a la inquieta y rebelde juventud del Colegio Nacional de Buenos Aires.