Empeoran el pacto Ruckauf-De la Rúa
24 de Marzo: marcha contra la represión del PJ y la Alianza
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La Cámara de Diputados bonaerense, con el voto unánime de la Alianza y el PJ, convirtió en ley la reforma al Código de Procedimiento Penal de la provincia. La ley constituye una pieza cuidadosamente elaborada que coloca las garantías individuales y, en definitiva, la “democracia” en manos de la Bonaerense. Esta recupera, 1) la facultad de interrogar al detenido y por lo tanto de obtener la confesión que quiera a través del “apriete”, y 2) la posibilidad de aportar elementos de prueba. Como al mismo tiempo el régimen de excarcelaciones ha sido virtualmente liquidado, en detrimento del delincuente “menor” (afecta a imputados por robos con “palos, jeringas, cuchillos y navajas”, en los que prácticamente no cuentan sus antecedentes), la Bonaerense asume la “suma del poder público” en materia de seguridad ciudadana, y los propios jueces pasan a ser una figura decorativa.
: Desde el ‘83 no se implantaba en el país un ordenamiento de características tan rabiosamente represivas. Las razones de detención son deliberadamente ambiguas (“violencia sobre las personas”), lo que da margen para atacar al movimiento de lucha de las masas y sus impulsores. A su vez, la Bonaerense recupera la posibilidad de consumar requisas en la vía pública, un método pensado para crear un cuadro de intimidación generalizado. Naturalmente; “Las atribuciones policiales pueden derivar en apremios ilegales y torturas” (camarista Schiffrin) y “con estos cambios los jueces de garantía (pasan) a ser un sello de goma” (juez Makintach). Es casi benévolo afirmar que “parece la ley de un gobierno de facto” (de nuevo Schiffrin) (Clarín, 19/2).
El pacto de seguridad – entre Ruekauf y De la Rúa tiene un carácter nacional, como se expresa en la integración de la provincia de Buenos Aires al Consejo Federal de Seguridad, que centraliza el andamiaje represivo a escala del país y vehiculiza la penetración norteamericana en esta esfera. Encabezada por el propio De la Rúa, la reunión inminente del Consejo tratará ocho cuestiones centrales, y entre ellas la “creación de una base de datos sobre delitos, capturas, causas judiciales, identificación de personas” y “la creación de cuerpos de intervención comunes a provincias limítrofes para prevención e investigación, coordinados por centros de operaciones e inteligencia conjuntos” (una iniciativa que trata de actuar frente a los signos de descomposición o incluso condescendencia con las rebeliones populares de las policías provinciales) (La Nación, 23/2).
La segunda ley
Ruekauf se apresta a enviar una nueva ley de seguridad (que incluye la modificación de la Ley Orgánica de la Policía) restaurando la figura del jefe único de la bonaerense integrante de la fuerza, por una decisión que liquida definitivamente la “reforma” llevada adelante por Duhalde y que ha sido dictada por “el apoyo que manifiesta el grueso de la fuerza a esta idea” (La Nación, 24/2). De este modo se cierra el círculo abierto con la reforma al Código de Procedimiento Penal, dotando a las organizaciones mañosas que actúan en la Bonaerense de un mando único y absolutamente “legal”. De este modo queda constituido un andamiaje volcado a los grandes “negocios” que surgen de la información e infraestructura de los “servicios” (asaltos a bancos), o de la criminalización de la política, o de la lucha capitalista por los mercados, “Los fiscales de la jurisdicción (Lomas de Zamora) resolvieron conformar una comisión para investigar los recientes robos, justamente porque saben que detrás de la gigantesca banda que perpetró unos 15 asaltos de bancos hay varios policías retirados y en actividad, e incluso se habla del papel preponderante de un militar” (.Página 12, 20/2). El poder de la banda mixta puede medirse en que consiguieron el traslado de uno de sus integrantes, detenido, a La Plata, “y en la misma noche de su llegada le facilitaron la fuga. Al fiscal que instruye la causa y al juzgado de garantías ni siquiera le hicieron llegar una notificación” (ídem).
Las libertades ciudadanas en manos de la Bonaerense, y la Bonaerense en manos de los comisarios “pesados”: esta es la síntesis del pacto Ruckauf-De la Rúa sobre seguridad. Al momento do estallar tu crisis por la participación de capangas de la Bonaerense en el asesinato de Cabezas y el atentado a la Amia, el frepasista Binder describió “un primer circuito de la corrupción, que incluye las cooperadoras, las mafias de la prostitución el juego clandestino”, que concentra los negocios menos rentables por referencia al “segundo circuito, el más grande” (Clarín, 16/10/98). Este es el que hoy aspira a recuperar la centralización de la fuerza.
La batalla por venir
Los “progresistas” se han convertido en alcahuetes de la Bonaerense, luego de haber sacrificado conscientemente la lucha por la anulación de las leyes indultadoras. Las organizaciones obreras, democráticas y de la juventud deben convocar a la lucha por la derogación de la ley de seguridad surgida del pacto Ruckauf-De la Rúa, por el cese de la persecución policial y judicial a los luchadores, por la libertad de todos los presos políticos y gremiales del campo popular, por el juicio y castigo a los asesinos de todos los caídos bajo la “democracia”, por el desmantelarme tito de la Bonaerense, piquetes de vecinos y jóvenes en las barriadas para defender la vida y la propiedad de los trabajadores.