Políticas

9/1/2003|787

En Catamarca gobierna La Alumbrera

El gobierno del Frente Cívico se desangra: cuatro de los municipios más importantes están quebrados; el sistema de salud está colapsado y la ayuda social es insuficiente. Todos los días, grupos de desocupados arremeten contra el vallado de Casa de Gobierno en reclamo de lo más elemental: comida y más atención en los hospitales. Hay una rebelión en curso entre los desocupados del llamado Valle central (Capital, Valle Viejo y Esquiú) y en el interior, donde la desocupación supera el 50% (Belén, Andalgalá, Recreo, Tinogasta y Santa María). Se discute un gran piquetazo antes de fin año (el Partido Obrero lleva adelante la idea de una gran movilización que corte todas las rutas y los accesos a la mina La Alumbrera, por el aumento de las regalías y con la consigna de “Que se vayan todos, Por un nuevo Argentinazo”).


La provincia “endeudada”, en más de 300 millones de dólares a tasas usureras de hasta el 14%, tiene que enfrentar vencimientos con los grupos Macro y Río antes de fin de año. Los lazos del gobernador Castillo con Menem son inocultables. Romero, el compañero de ruta de Menem, tiene fuertes inversiones en Catamarca: el mayor “diferimiento” (subsidio provincial) pertenece a este señor socio de Macro y las petroleras, que invirtió más de 10 millones en una planta aceitera, evadiendo impuestos y contribuciones. Entre otros que se quedaron con las tierras cultivables de la provincia figuran Neustadt, Mastellone, Tinelli y Romay; hubo grandes contubernios e inversiones infladas, se fraguaron títulos, se expropió a pequeños campesinos. “La mitad de los diferimientos (más de 200 ‘proyectos’) a menos de diez años no existen” (La Unión, 12/8).


El gobierno del Frente Cívico ha actuado siempre como un servil agente del pulpo de Bajo la Alumbrera. Ha aceptado las miserables regalías consideradas sobre el costo de boca mina cuando el valor del oro se ha disparado por las nubes (en dólares). Hace pocos días cambió por tercera vez su secretario de Minería en pocos años, en medio de disputas entre la provincia y los municipios por el reparto de las migajas que deja la minería.


Las llamadas “fuerzas vivas del oeste”, que nuclean a comerciantes y pequeños empresarios, dan batalla por las migas que a La Alumbrera se le caen del plato: piden que se reparta entre estos departamentos el canon por regalías que les corresponde, algo así como el 0,50, a dividir entre Santa María, Belén y Andalgalá, del 1,80 de regalías que finalmente es lo que otorga la mina a la provincia. Por obra y gracia del gobierno del Frente Cívico, estos miserables dividendos serán pagados en pesos y no en dólares. Un estudio de la Secretaría minera de la provincia dice que este año el pulpo ganará unos 420 millones, un 10% más que el año pasado.


Un párrafo aparte merece la entrega de planes trabajar solventados con un fondo minero: el gobierno de Castillo entregó estos planes de 200 pesos a empresas de servicios, pequeños comerciantes y hasta estudios jurídicos (figura el de Gustavo Saadi, sobrino del ex gobernador); estos planes pulverizan los salarios mínimos de cientos de trabajadores y son un anticipo de la campaña financiada por La Alumbrera.


El Partido Obrero reclama Asamblea Constituyente para imponer un 50% de regalías en dólares para acabar con la desocupación y poner en pie la producción, por un gran plan de obras públicas. Más que nunca es necesario redoblar la movilización para echar a Castillo y a Duhalde.