Políticas

1/7/1999|633

En crisis antes de empezar

José Manuel De la Sota ha hecho trascender su ‘plan’ de gobierno, luego de las “sugerencias que recibió de la banca de inversión con la que se entrevistó en Nueva York” (Ambito Financiero, 31/5): “Básicamente lograr un préstamo internacional por 1.000 millones de dólares para refinanciar la apremiante deuda provincial a mediano plazo” (ídem).


Córdoba tenía, a diciembre de 1998, una deuda bancaria de casi 1.300 millones de dólares, o sea que se triplicó en poco más de dos años —1996 a 1998—. El Banco de Córdoba tiene casi un 30% de clientes morosos. Un signo de la desesperante situación financiera de la provincia es el crédito por 40 millones que acaba de otorgarle el Banco Ciudad de Buenos Aires, una decisión política de De la Rúa “en función de asegurar una salida ordenada de Ramón Mestre del gobierno” y cuya urgencia se atribuyó a la imposibilidad de pagar los sueldos de junio (ídem, 4/6).


Endeudamiento (II)


De la Sota prometió rebajar los impuestos provinciales un 30%, al mismo tiempo que debe hacerse cargo de las mejoras anticipadas a docentes y estatales. ¿Cómo piensa cubrir el déficit? Mediante “el refinanciamiento de la banca del país”, “con garantía de los fondos de coparticipación”. “Es un esquema bastante bien pensado porque lo acompañará con privatizaciones” (ídem, 31/5).


Pero el ‘plan’ ha entrado en crisis aún antes de ponerse en ejecución. El Banco de Córdoba fue ofrecido al Credit Agricole y al DG Bank, los cuales pusieron como condición “hacerse cargo del management de la entidad” (lo que exige la aprobación de la Legislatura, en la que el PJ es minoría) y “que los créditos incobrables traspasados al Fondo Fiduciario formen parte del banco” (La Voz del Interior, 4/5), es decir quedarse con lo que se recupere del cobro de las deudas en mora.


En el caso de la privatización de la empresa de energía, aún está en debate el alcance del ‘negocio’, cuya parte más codiciada es la distribución; también está el problema de la continuidad de las tarifas diferenciales en beneficio de la industria.


Existe una crisis política. Mestre sigue manejando sin control el Fondo Fiduciario, lo que deja en sus manos la suerte de los deudores morosos, y ha suspendido a los gerentes embarcados en el plan de privatización de De la Sota. A su vez, “la UCR amenaza con rechazar los proyectos legislativos para privatizar el Banco y Epec, y la rebaja de impuestos si es gradual” (Ambito Financiero, 3/6). Reconociendo esta crisis, De la Sota declaró que “difícilmente antes del año próximo tomará una decisión sobre la eventual privatización de empresas” (La Razón, 13/5).


Es necesario subrayar que De la Sota ha atado la suerte de su gobierno a las posibilidades de renovación del crédito internacional, en circunstancias en que éste ha dejado prácticamente de existir. Si para el representante de la Banca Morgan “la Argentina, refinanciando su deuda al 12% anual, no aguanta porque el gobierno no tiene capacidad para generar recursos”, ¿cómo habría de ‘aguantar’ Córdoba, cuando tiene comprometida gran parte de sus ingresos corrientes en el pago de la deuda y cuando su industria, la automotriz, es la más golpeada por la crisis internacional?


Si De la Sota insiste en su ‘plan’ habrá que recordar que por mucho menos que esto Mestre se tuvo que ir antes de tiempo.