El intendente de Guaymallén, Marcelino Iglesias (Cambiemos), un avanzado en los planes de llevar a fondo la precarización laboral, ha eliminado la ART del municipio. La misma ART Liderar, prestadora del servicio, lo hizo público a través de un comunicado que llevaron  a todos los corralones municipales.

 

A esta grave situación de precariedad, que ya se vivió en el municipio de Las Heras, se le suma que una vez que el trabajador se accidenta corre todo por su cuenta: la medicación del caso y el descuento de los días no trabajados. Los mismos una vez accidentados son trasladados por los supervisores, secretarios o capataces a algunas de las clínicas que reciben OSEP (obra social de los estatales), donde no se le entrega ninguna constancia de denuncia por accidente al trabajador, pues no es la función de la obra social.

 

Lo que se muestra como un conflicto de intereses entre patronal y prestadora (el municipio le reclama montos no asumidos a la ART y desde la misma alegan que no corresponden), es en el fondo utilizado como una nueva herramienta para avasallar los derechos laborales de la planta municipal.

 

Todas estas medidas de destrucción de las condiciones de trabajo y ataque a la salud de los municipales, se encuadra en el intento de implementación de la reforma laboral que pretende el gobierno nacional. En esta línea se inscriben los anuncios de despidos a todo trabajador que haya faltado más de 5 veces, tomando como referencia los últimos 6 meses, y la modificación de las horas extras o bonos por unidades de servicios a “actividades extraordinarias”, que le otorga al municipio la negrera posibilidad de decidir si pagarlas o no.

 

El salario de los municipales es en promedio el salario mínimo, pero en muchos casos se encuentra por debajo de este monto y apenas por arriba de un plan social. Esto empuja a la mayoría a tener una segunda actividad laboral, con el consecuente agotamiento físico que se traduce en accidentes permanentes.

 

Los arneses de seguridad, mascarillas, guantes y demás elementos de higiene y seguridad fueron la primera víctima del ajuste presupuestario de los municipios.

 

 

Los compañeros municipales de Guaymallén han empezado a hacer asambleas numerosas en los corralones para enfrentar esta nueva avanzada antiobrera. Son las primeras asambleas obreras importantes en mucho tiempo.

 

Sin dudas, la entrega de ATE al gobierno de Alfredo Cornejo produjo un fuerte reflujo entre los estatales y también sobre el conjunto del movimiento obrero. Esto fue utilizado por la provincia pero por sobre todo por los municipios para imponer un régimen de terror, persecución y hasta incluso de desconocimiento de las tutelas sindicales y el derecho a la representación de base. Es en este cuadro que la acción de los delegados de la Naranja cobra aún más relevancia.

 

El Partido Obrero en el FIT está poniendo todos sus esfuerzos por el fortalecimiento de la acción independiente de los trabajadores.

 

En esta perspectiva se enmarcan los actos de campaña de Soledad Sosa, en puerta de los corralones, acicateando la necesidad de enfrentar el ajuste y la reforma laboral. No solo ha sido un respaldo a los municipales que les de fuerzas, también ha sido parte de la preparación política. Una verdadera escuela de campaña electoral socialista.

 

En el Senado hemos presentado un pedido de informe, a través de nuestro compañero Víctor da Vila, reclamándole explicaciones al intendente sobre esta irregularidad, que pone a la gestión de Iglesias en el incumplimiento de los deberes de funcionario público. Todo el bloque  de Cambiemos se negó a votarlo.

 

Los municipales ya están librando la primera gran batalla contra la reforma laboral, su triunfo es clave para derrotar la política anti obrera de cambiemos. El PO se juega a todo por que ganen los trabajadores.