En medio de una aguda crisis política, Scioli pasó su “rito” de iniciación en el clan K

Helicopteros, acto oficial y piquetes en Rio Gallegos


En 2011, el kirchnerismo ganó las elecciones en Santa Cruz con una consigna sencilla: “Nación, provincia, municipio”. La idea era que los dineros provenientes del presupuesto nacional asegurarían una vida digna en estas latitudes. Fue en ese cuadro que el propio Eduardo Costa (empresario-candidato radical), repartía la boleta de Cristina.


 


Apenas asumidos en diciembre de 2011 intentaron eliminar las conquistas jubilatorias provinciales y una multitud (con gran protagonismo de los municipales) casi le puso fuego a la Legislatura, abortando ese golpe contra los trabajadores. Esa derrota del gobierno hizo estallar la interna, fracturándose “la nación” con “la provincia” y “la provincia” con la mitad de “los municipios”. El famoso eje electoral no duró ni 20 días.


 


Casi cuatro años después la descomposición política se ha agravado. El gobernador, Daniel Peralta (PJ), buscó su tabla de salvación en un nuevo acuerdo con el Frente para la Victoria santacruceño (FVS) a través de la Ley de Lemas para gobernador. Hace días declaró que iba a presentar sus propios candidatos en todas las categorías. Sin embargo, a su candidato a diputado nacional lo tuvo que bajar de apuro ante la decisión del FVS de postular a Máximo Kirchner para ese cargo.


 


 


Las contradicciones del acto


 


Lo que primero era el acto de lanzamiento de Máximo, terminó siendo un homenaje en un local donde entraban 100 personas y otras 300 sufrieron frío en la puerta. Peralta fue invitado, pero no asistió. Para Scioli fue como el ritual de iniciación en el clan K.


 


Scioli llegó a la cuna de los K y se encontró con la municipalidad -donde inició su carrera Néstor- sitiada por los obreros que llevan tres meses de huelga. Por si fuera poco, cientos de municipales ocuparon los accesos del aeropuerto hasta enloquecer a Berni, quien se las tuvo que ingeniar por caminos secundarios para hacer llegar la comitiva hasta el centro de Río Gallegos.


 


En la ciudad no había agua y las clases estaban cortadas, mientras desbordaban cloacas y se amontonaba basura por todo Río Gallegos.


 


La Gendarmería, que llegó en un vuelo especial esa tarde, fue bloqueada en un piquete de mujeres municipales, que la obligaron a retirarse con sus colectivos. No surte efecto mover milicos cuando la gente no les tiene miedo.


Zannini acusó el golpe y recordó cuando Cristina atravesó a pie un piquete en Río Turbio en el marco de una gran huelga minera en 1999. Presidenta “coraje” se enorgulleció. Un “coraje” aplicado contra los mineros y los municipales, Zannini vino a rescatar la esencia antiobrera de los K, la versión original de este clan, acomodado últimamente a un progresismo de ocasión.


 


Al relatar la historia de Néstor, Zannini recordó distintas épocas y entre ellas mencionó los indultos. Lo que no dijo es que Kirchner y él mismo hicieron el más absoluto de los silencios ante el indulto, e incluso el ex gobernador Arturo Puricelli (que fue su ministro) lo apoyó con patas y todo. Pocos años después Néstor le decía a Menem que era “el mejor presidente de la historia”.


 


Nunca olvidaré a Zannini en la Constituyente del ’94 en Santa Cruz, defendiendo contra el PO a convencionales K, que habían sido intendentes de la dictadura. En ese momento nos acusaba de descalificar injustamente a estos agentes de lo que ahora “6,7,8” llama la dictadura “cívico-militar”.


 


Para Zannini, la habilidad de Kirchner era la de juntar a los “distintos” para una acción común. En ese momento mencionó a los distintos orígenes de quienes se incorporaron al FVS, pero no pudo mencionar a la izquierda de la que él formó parte. El hombre se avergüenza de su pasado.


 


La crisis no fue sólo con Peralta. El intendente de Río Gallegos, Raúl Cantín, que es un kirchnerista de la primera hora, también fue marginado del acto, y lo han dejado solo ante la crisis final del municipio.


 


Javier Belloni, intendente de Calafate, no estuvo, pero mandó varios micros con militantes que en la puerta coreaban “Belloni gobernador” mientras hablaba Alicia Kirchner. Ni siquiera pudieron lanzar la candidatura de Alicia para la gobernación. ¿Se reservan incluso la carta de Cristina gobernadora para recomponer su control en la provincia? La sola idea de que esta alternativa pueda ser considerada ilustra la crisis política fenomenal del kirchnerismo en Santa Cruz.


 


El acto fue tan autorreferencial que se realizó por completo a espaldas de la crisis tremenda que está soportando la población. Como siempre, el clan se mira a sí mismo.


 


El Partido Obrero comenzó esa jornada con una denuncia penal contra el directorio de la empresa de Servicios Públicos por sobreprecios en las licitaciones de energía (con gran repercusión) y luego marchamos a los piquetes donde estuvimos toda la jornada junto a los trabajadores.


 


 


Paro provincial el martes 7


 


La CTA autónoma, a instancias de la Coordinadora Sindical Clasista, resolvió un paro provincial por la solución de los reclamos pendientes y el triunfo de las luchas en curso. Es un paro solidario y abiertamente político, para dar respuesta a la crisis de las escuelas y hospitales que están cayéndose a pedazos.


 


El desafío es que tenga continuidad en un plan de lucha. Un triunfo de los municipales contra los topes salariales reabrirá la pelea de los estatales, que vieron cerradas sus paritarias con salarios de miseria.


 


Está planteada la necesidad de un congreso de los trabajadores y la izquierda para unir todas las luchas y discutir la salida política contra el ajuste, apoyando a los candidatos del Frente de Izquierda en agosto y en octubre.