En Mercedes Benz se votó contra el gobierno y la burocracia

Mientras más se acentúa la crisis capitalista, más golpeados resultamos los trabajadores. Ahora resulta que a la patronal alemana no le alcanza con los casi 600 compañeros que dejaron la fábrica en los últimos meses sino que insiste en que “le sobran” 700 más.

Bajo este chantaje, el Smata abandonó el reclamo de paritarias y acordó una suma fija de 1.200 pesos en cuotas y por única vez (lo que representa un 4% del salario de un operario sin antigüedad) y aceptó extender las suspensiones con la correspondiente quita salarial: actualmente un sector de la planta trabaja un promedio de ¡cuatro días por mes!

La burocracia del Smata se ofreció a gestionar el ingreso de Mercedes Benz al programa Repro; o sea que la burocracia también es responsable del vaciamiento de los fondos de la Anses.Los compañeros ven cómo la situación, lejos de ir mejorando (recordemos que el verso fue que había que “pasar el verano”), se agrava cada vez más. Un reflejo (distorsionado) de este clima explosivo fue el voto masivo contra el gobierno y la burocracia. Un porcentaje significativo de los trabajadores dio su voto a De Narváez y en menor medida a Sabbatella y al PO.

El voto a De Narváez apareció como un medio para golpear al gobierno y la burocracia. El repudio ya se vio en la escasa asistencia al acto que el Smata hizo con Piumato, y en la borrada sigilosa a la marcha al Obelisco (acto de Moyano).

La confusión que, sin embargo, supone el voto a una opción derechista no implica que “por ahí” pueda venir la solución al desastre actual. La situación dentro de la fábrica es sumamente inestable y la discusión general refuerza la idea de que o hacemos algo nosotros, los trabajadores, o no lo hace nadie. Hace poco me decía un compañero: “Tenemos que estar unidos y comunicados, porque estos hijos de puta son capaces de echarnos mientras estamos suspendidos; y si llegan a tocar a uno no queda otra que ocupar la fábrica”.

Corresponsal