Con el anuncio de la paulatina eliminación de subsidios a las empresas de servicios públicos, se ha dicho que los usuarios no sufrirán ningún tarifazo, ya que ahora los subsidios llegarían directamente a ellos.

Pues en Salta ya sabemos de qué se trata: el 95% de los usuarios pagamos varias veces más cara la tarifa de energía eléctrica. Y para el otro 5%, sector indigente de la población, cada año la Legislatura vota un subsidio oficial que puede llegar al 100% en agua y luz. Sin embargo, el trámite está condicionado por varios parámetros, para permitir a una familia acceder al beneficio: debe demostrar que consume menos de 160 KW por mes, lo que de entrada deja afuera a las familias numerosas y a las miles que cohabitan hacinadas, bajo un mismo techo, y que necesariamente superan ese piso de consumo. Por otra parte, están prácticamente excluidas aquellas familias que habitan barrios construidos por el Estado, aunque los adultos de ese hogar estén desocupados o vivan de una changa, ya que el otro parámetro es la precariedad de la construcción.

Por último, el Ente Regulador, que es quien adjudica los subsidios, los otorga conforme al puntaje pero sólo hasta el monto total previsto en el presupuesto...

Como se ve, la cuestión del "subsidio a los más pobres" es la vía para legitimar el tarifazo para la mayoría. Para las empresas el negocio es redondo: embolsan el total de la tarifa, incluso en el caso de aquéllos que, de no existir el subsidio, se verían incapacitados de consumir. De esto habla Cristina K cuando se refiere al "capitalismo serio"...