La lucha por la vivienda en Tandil cobró nuevo impulso con la ocupación del barrio La Movediza (plan federal II) y el Smata. Se suman así a la lucha de los adjudicatarios del Falucho XXII por la finalización de su barrio y de las mujeres sin techo. El intendente Lunghi (UCR) maniobra sin dar respuestas. No denunció a los ocupantes del Plan Federal II, pero dejó sin servicios a los del Smata. Abrió la inscripción a un registro único para aquellos que no posean vivienda, con el compromiso de otorgar terrenos a quienes demuestren poder construir. Esto requiere -por ejemplo- un sueldo que califique para créditos hipotecarios, cuando la mayoría apenas superan la canasta básica.

El negocio inmobiliario en Tandil es impulsado por el creciente interés turístico y por las ganancias de la producción agropecuaria, especialmente de la soja.

Esto disparó los valores de las viviendas y de los alquileres. Los trabajadores no pueden acceder a la casa propia y deben pagar alquileres excesivos aún en zonas periféricas y sin todos los servicios. La crisis mundial agravó el problema con despidos y suspensiones.

Scioli y Lunghi no han tocado los intereses capitalistas. Los impuestos inmobiliarios son totalmente regresivos.

La centroizquierda local (sabbatellistas) impulsa un proyecto para crear el Instituto Municipal de Tierra, Vivienda y Crédito que no establece impuestos extraordinarios a la especulación inmobiliaria o progresivos a los capitalistas para financiar los planes de vivienda o los créditos. El directorio del Instituto queda en manos de los bloques del Deliberante, y las organizaciones “civiles” son limitadas a un representante en minoría electo -no se especifica cómo- en un difuso “Consejo de la Vivienda”. Cualquier parecido con el fondo que propone el ala solanista en el Congreso Nacional para financiar obra pública, pero sin dejar de pagar la deuda, no es mera casualidad.

Es necesaria una movilización común de todos aquellos que no tienen vivienda; junto a los que hoy habitan en los barrios del Plan Federal y del Smata.