Políticas

10/3/1994|413

En Tucumán, con banqueros; en Catamarca, con el gobernador; en Santiago… con el interventor

El Frente Grande no pudo en el Noroeste, como ocurrió en Neuquén, estructurar alrededor de alguna “figura influyente”  su lista constitucional. Los intentos con Mercedes Sosa no prosperaron en Tucumán, mientras que en el Santiagueñazo, el voto en favor de la intervención federal les quemó los papeles antes de haber pensado un libreto.


Con este panorama, en Catamarca, las fuerzas del Frente Grande (como Democracia Avanzada, el PI, MODEPA) han decidido seguir con el Frente Cívico, del gobernador Castillo, que acaba de lanzar un paquetazo (ver nota  en página 4) contra los trabajadores de la provincia.


En Tucumán, el Frente Grande se expresa a través de una alianza entre el PC y el PI, que lleva como primer candidato a Jacobo Lacks, titular del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, directivo del Credicoop, instituciones que están impulsando la formación de una AFJP (una Administradora de jubilación privada) junto con las burocracias de algunos gremios, como CTERA y ATE. O sea que el Frente Grande lleva a un banquero de la “jubilación privada”, al mismo tiempo que reclama el apoyo y el voto de los jubilados y de los trabajadores estatales, que se están movilizando precisamente contra la “jubilación privada”  y contra la transferencia del sistema jubilatorio provincial.


En Santiago del Estero, el Frente Grande adoptó la denominación de Memoria y Participación y lleva a la cabeza al cura Hisse y a otros clérigos prestigiosos, que participaron en las movilizaciones de los trabajadores. Lo grandioso es que este frente llama a votar en blanco. Esta postura encuentra su explicación en el hecho de que la jerarquía clerical de Santiago ofició en favor de una alternativa radical-justicialista e incluso trascienderon negociaciones para que el propio Hisse integrara la lista de la UCR. Todas estas negociaciones fracasaron y ello explicaría el llamado a votar en blanco. El Frente Grande de Santiago del Estero declara que él “no es alternativa”, de modo que la única función que cumple es confundir y obstruir de que efectivamente pueda construirse una alternativa revolucionaria en la provincia.