Políticas

6/11/2013|1292

Entrevista: “Por una posición común de los trabajadores de prensa”

Daniel Mecca, delegado paritario de Agea-Clarín

"El fallo de la Corte Suprema sobre la ley de Medios produjo, naturalmente, una situación de incertidumbre en los trabajadores, al menos fue lo que percibí en la redacción donde trabajo (diario Muy). En el fuego cruzado político y mediático entre Clarín y los K, los trabajadores de prensa no solamente carecemos de presencia en los medios, sino que todavía no hemos elaborado una posición homogénea que sea respaldada por una mayoría significativa. Esta es nuestra principal tarea política”.


Daniel Mecca fue parte activa del proceso de reorganización sindical en Clarín, que se había dado modos para impedir que el diario tuviera comisión interna a partir de los 117 despidos y la derrota de la huelga del año 2000. Luego, hubo que vencer las resistencias a reconocer a los delegados paritarios y a la interna elegida democráticamente.


"Es obvio que la ley de medios -añade Daniel- no viene a traer la democratización de la palabra (nadie reparó en la falta de contenido de esta expresión, pues la palabra, en cuanto tal, solamente puede ser autónoma), sino la redistribución de los medios de comunicación entre grupos empresariales. En nombre de la libertad de prensa se formula una pelea que refuerza la apropiación privada de la fuerza de trabajo intelectual de los trabajadores de prensa. La pluralidad de voces no se establece por ley (es una contradicción en términos), sino en la emancipación del trabajo del capital".


-Esta ley ¿cambió en algo la situación de los trabajadores de prensa?


-No, la ley está vigente desde hace cuatro años y no cambió nada para los trabajadores de prensa; no hubo beneficios para radios comunitarias ni para medios alternativos. El acceso a las licencias cuesta 100 mil pesos, entre otros requisitos, y no se contemplan financiamientos. Por el contrario, las fuerzas represivas actúan mafiosamente contra estos espacios, como ocurre con La Garganta Poderosa. Ahora, el fallo de la Corte deja abierta a las empresas afectadas la posibilidad de aplicar ajustes y reducir personal para ahorrar costos.


-¿Esperan algún tipo de ofensiva a partir del fallo de la Corte?


-A pesar de que la ley no habla explícitamente de la prensa gráfica, un desprendimiento de negocios del grupo -bajo una lógica empresarial- implicaría un ajuste en sus productos, para no perder rentabilidad, o sea mayor precarización laboral, que hoy atraviesa tanto a medios oficialistas como a opositores. Los trabajadores de prensa no podemos permitir que nos conviertan en la variable de ajuste.


-¿Qué pensás que debe hacerse en esta situación?


-Los trabajadores que nos desempañamos en los medios de Clarín podemos tener visiones diferentes sobre la ley de medios, pero es imprescindible, por sobre todas las cosas, que nos unamos contra cualquier ataque a nuestra estabilidad laboral, autonomía ideológica y condiciones de trabajo. Lo mismo que, cuando en mayo de este año y tras una asamblea de más de 400 personas, los trabajadores de Agea-Clarín nos declaramos en estado de alerta ante cualquier amenaza externa e interna, frente a las versiones de intervención del grupo Clarín por parte del gobierno. Fue una expresión de carácter independiente respecto de la empresa y del gobierno, e incluso logramos publicar aquel comunicado de la asamblea en el diario Clarín.


-Aquella situación los tomó con la reorganización sindical consolidada…


-Sí, todo esto se produce en un momento histórico que vivimos los trabajadores de Agea y el gremio de prensa, porque hemos elegido en los medios de Clarín delegados paritarios y comisión interna; se hicieron paros, hubo quites de firmas, aplausazos, multitudinarias asambleas generales y firmamos las paritarias, además de haber logrado distintas conquistas laborales.


-¿Cómo puede prosperar una posición de independencia?


-Es fundamental que los trabajadores de prensa de Agea-Clarín en particular, y del gremio en general, debatamos en asambleas acerca de la ley de medios. Lo mismo que hacemos cada vez que nos movilizamos, independientemente de que tengamos patronales oficialistas u opositoras. Sería suicida caer en la lógica binaria que llevan adelante Clarín y el gobierno, porque el trabajador disolvería su propio interés si lo subsume a los intereses de los dueños de los medios. Tenemos que fijar una posición propia para evitar que nos dividan en función de intereses ajenos a los nuestros.