Políticas

9/11/2000|687

“Esta es nuestra forma de discutir el presupuesto”

Entre Standard & Poor’s…


La Nación (29/10) calificó como un “golpe de los mercados” la caída de la Bolsa.


El golpe más fuerte lo dio la consultora Standard & Poor’s, cuando pasó a la Argentina a la lista de los que están frente a la cesación de pagos. También puso en esa lista a 13 monopolios que actúan en el país, incluyendo a Telefónica, Telecom y al Grupo Clarín. Esto los inhabilita para captar capitales en el mercado internacional.


¿Qué hay detrás de esta intentona ‘golpista’?


Para Storani, “hay cierta desesperación para voltear al ministro de Economía, Machinea” (La Nación, 31/10). Dornbusch, un ‘economista’ yanqui, exigió el nombramiento de López Murphy al frente de Economía, cuando dijo que De la Rúa era buen presidente solo para “los domingos por la tarde”. El radical Moreau denunció una conspiración.


 


…y la irrupción de los piquetes


En un país cuyos capitalistas están pendientes de Wall Street, más de 3.000 desocupados cortaron la Ruta 3 en La Matanza. Como un reguero se comenzaron a extender los cortes desde Tartagal (Salta) al norte, hasta Plottier (Neuquén) al sur, pasando por Florencio Varela, Formosa…


El gobierno aliancista intentó restarle importancia al movimiento –responzabilizó de ello a los intendentes peronistas, por un lado, y a los partidos de izquierda, por el otro.


De la Rúa y la Bullrich intentaron el aislamiento y el desgaste. Pero ante el crecimiento de los cortes en todo el país, el paro activo de los docentes de La Matanza y la advertencia de la CGT de Moyano de un nuevo paro activo, resolvieron dar marcha atrás.


A pesar de lo obtenido, se trata sólo de paliativos: el gobierno ha disminuido en el último período el monto de los planes Trabajar de 200 a 120 pesos.


En Plottier, la comisión de desocupados consiguió que se renovaran los contratos en forma indefinida, y que se sumara un bono extra de 50 pesos a los 150 que venían cobrando. En Bosques y Tartagal y en barrios de La Matanza, como La Loma, de Laferrere, se reclamaba un subsidio de 500 pesos y los piqueteros exigieron que se les aumentara el monto de los planes a 230-280 pesos por compañero.


De lo que se trata es de plantear, desde el conjunto del movimiento obrero un salario mínimo de 600 pesos; un subsidio para todo desocupado mayor de 16 años de 500 pesos; la prohibición de despidos y suspensiones y el reparto de las horas de trabajo; el no pago de la deuda externa; el aumento del presupuesto para la educación y la salud estatales; la derogación de la reforma laboral antiobrera.


No sólo los desocupados aguijoneados por el hambre han ganado la calle. Los estudiantes secundarios capitalinos ocuparon los colegios contra la aplicación de la reforma educativa privatista. Los maestros bonaerenses paran y se movilizan contra Ruckauf para exigir la titularización. Los conductores de La Fraternidad han anunciado su decisión de ir al paro en defensa de su convenio. Los docentes preuniversitarios reclaman, con paros y movilizaciones en todo el país, el pago del Incentivo. Conadu ha lanzado una huelga muy fuerte.


Más que nunca es necesario un paro activo y la huelga general por las reivindicaciones. Como dijo un piquetero de Varela refiriéndose al corte de ruta del que era protagonista: “Esta es nuestra forma de discutir el presupuesto” (La Nación, 5/11).


 


Intervenir políticamente


La descomposición económica está agotando efectivamente a Machinea. La rebaja de impuestos, la privatización del 50% de la AFJP del Banco Nación, la entrega a Repsol –nada de esto ‘reactiva’ al capitalismo.


La elección de un vice, como proponen Cavallo y Ruckauf, muestra el andamiaje de un “golpe institucional”.


El Partido Obrero plantea acrecentar, profundizar y masificar las luchas con la huelga general y elevar este combate al plano político, reclamando que el gobierno pase a una Asamblea Constituyente que reorganice económica, social y políticamente el país en favor de la clase obrera y los explotados.


Para decidir en esta perspectiva convoquemos Asambleas Populares y un Congreso de Delegados de Base con mandato de los sectores en lucha.