Políticas

6/7/2006|953

Evo, Kirchner y el gas

El arte de seguir con la privatización petrolera


Lejos de ser “la salida” para la crisis energética, el acuerdo entre Evo Morales y Kirchner por el precio del gas de Bolivia puede convertirse en otro factor de crisis nacional y regional.


 


El acuerdo, que eleva en un 50% el precio del gas, sólo se extiende hasta fin de año. El propósito de llevar las importaciones gasíferas de 7 a 20 millones de metros cúbicos diarios por un lapso de “veinte años” ha quedado, por lo tanto, sujeto a una negociación posterior.


 


En el nuevo acuerdo, el comprador del fluido será la estatal Enarsa, que, sin embargo, venderá el gas a usuarios y distribuidoras a su precio anterior, absorbiendo la diferencia. Según el gobierno, los recursos para solventar ese subsidio interno serán obtenidos con mayores impuestos a la exportación de gas a Chile. Esto todavía habrá que verlo, porque no es claro que funcione y porque estará sujeto a negociaciones con Chile.


 


El planteo de expandir las importaciones hasta veinte millones de metros cúbicos diarios exige, por otra parte, la concreción del gasoducto del noreste. Techint, que en su momento propuso construirlo, ahora, aparentemente, “no se candidatea”. No le interesaría condicionar el negocio a las idas y vueltas de los subsidios del Estado y de las negociaciones futuras con Bolivia. El gasoducto “lo harían entre YPFB y Enarsa” (Ambito Financiero, 4/7), que necesitarán de un crédito internacional porque ellas no tienen un mango. Si el crédito lo otorga el Banco de Desarrollo de Brasil, todo el proceso quedará bajo la tutela de Petrobras, que es un enemigo de las nacionalizaciones bolivianas. La licitación del gasoducto está atada a una nueva negociación del precio, que debería realizarse recién el año que viene. En Brasil, “no cayó nada bien el acuerdo” entre Argentina y Bolivia (La Nación, 2/7), de modo que podríamos estar ante una jugarreta de Kirchner contra Bolivia, que se manifestará a fin de año en esa nueva negociación del precio.


 


La “salida boliviana” a la crisis energética ha aumentado las presiones internas para que el gobierno autorice un aumento del precio del gas en boca de pozo al nivel pactado con Bolivia. Los gobernadores de las provincias petroleras ya están agitando los intereses de los pulpos radicados en sus distritos y por de pronto han comenzado a licitar nuevas áreas (en Mendoza y en Salta) con la venia de Kirchner. Es decir que la entrega del petróleo sigue a buen ritmo. Toda esta entrega está debidamente escamoteada con un incremento de la cháchara nacional y popular y los abrazos con Chávez y Morales.