EXCLUSIVO DE INTERNET | ¿Agoniza el capitalismo?

Rieznik en la Mesa redonda en la Feria del Libro

Con este diálogo emblemático, Pablo Rieznik puso de relieve la sobreproducción como el elemento característico de la crisis capitalista, que en la actuales circunstancias alcanza proporciones homéricas. Lo planteó en la mesa organizada en la Feria del Libro bajo el título de esta misma nota. El mercado se derrumba -agregó-, no porque falta capital sino porque sobra para repartirse los resultados de la explotación del trabajo globalizado. El exceso de capacidad productiva es gigantesco: en la industria automotriz, en las telecomunicaciones, en la producción de acero, en la industria textil, etc.;  y sin embargo, la mitad de la humanidad padece hambre. ¡Con una millonésima parte de lo que ha sido gastado en los recientes paquetes de salvataje al capital -6000 millones de dólares- se resolvería el problema de la comida para esa mitad hambrienta de nuestro planeta!

Rieznik ilustró de ese modo el carácter histórico de la presente crisis mundial: el capital colapsa luego de haber logrado lo que estimaba como su supremacía definitiva: la restauración capitalista en la antigua URSS y en China. Explicó entonces que el colapso debe ser apreciado a la luz del fracaso de los remedios que el capital empleó para intentar salir de su agonía. Rieznik hizo referencia a las grandes crisis del siglo XX, las de las décadas del 30 y el 70 pero también a la primera de las tres grandes crisis del capitalismo, en el apogeo de su desarrollo. La crisis de 1873 abrió dos décadas de lo que ahora se conoce como la “Gran Depresión”. Su salida fue el reparto del mundo entre las grandes potencias, la exacerbación sin precedentes de los conflictos internacionales, la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa. La crisis actual expresa el final de una larga etapa de decadencia. El capital agoniza, concluyó Rieznik: la metáfora biológica es pertinente a condición de comprender que los tiempos en la vida de un organismo vivo son distintos a los tiempos históricos. Un anueva sociedad debe ser fundada por la acción colectiva y consciente de los hombres, en este caso, expropiando al capital.

El planteo contrastó con el de los restantes participantes de la mesa. Roberto Cortés Conde, un reconocido académico del liberalismo, admitió que la crisis actual es del tipo que planteó Marx pero para sostener que es el medio por el cual el capitalismo se “recicla” y que el mercado es un mecanismo insustituible, como lo probó el propio Lenin cuando tuvo que apelar al intercambio mercantil para rescatar a la economía soviética luego de la Revolución. Verdad a medias. Lenin llevó el mercado al primitivo y atrasado campo ruso, mientras planificaba una gran industria nacionalizada y con el monopolio estatal del comercio exterior. Pero ahora el capitalismo no se recicla, como se le adjudica a Lenin, a través del mercado, sino a través del Estado. Rieznik destacó que como la estatización es inevitable frente al quebranto generalizado del capital la transición hacia otro régimen social es, formalmente muy sencilla.

El otro panelista, Carlos Leyba, economista y funcionario del Ministerio de Economía en el gobierno peronista del 73, señaló que el capitalismo es “inmoral y autodestructivo” , pero renegó de una transformación social anticapitalista porque “por principio” se opone a la revolución. Sugirió en cambio una salida “argentina”, con los trabajadores y empresarios nacionales, aunque admitió que a estos últimos se los podía contar con los dedos de una mano.

No sólo el capitalismo agoniza. Lo puso de relieve la pobre presentación de la profesora Beatriz Nofal, funcionaria del gobierno, que planteó que ante el panorama actual está tratando de que se renueve el flujo de inversiones extranjeras. Esto cuando se fugaron al exterior más de 30 mil millones de dólares en el último año y medio. Rieznik concluyó: el primer episodio de la crisis mundial (1997-2001) convulsionó a la Argentina, arrasó con su régimen político y promovió una alternativa de emergencia. Esta crisis mundial es el fin de esta emergencia y la apertura de una nueva etapa. 

Corresponsal