Políticas

13/8/2009|1095

EXCLUSIVO DE INTERNET | CGT: el botín de la salud

Prenda de la paz social

Una vez más y van… la crisis de la CGT se desenvuelve alrededor del botín de las obras sociales. O mejor, de los acomodos de la burocracia sindical para morder de los manejos del Estado de los fondos de la salud de los trabajadores.

Sigue vacante el cargo de titular de la Administración de Prestaciones Especiales (APE): Moyano volteó en 48 horas al hombre del empresariado de la salud que había puesto el nuevo ministro Manzur. El camionero, sin embargo, no logra poner al sustituto, que empezó a ser negociado con los gordos tras su amenaza de romper la CGT.

Los gordos, Martínez de la Uocra y Rodríguez de UPCN ya lograron un “neutral” en la Superintendencia de Salud.

El punto que parece haber desatado la guerra son los 2.500 millones de los fondos de las obras sociales que no tienen asignación específica y que Moyano distribuía a gusto (La Nación, 6/8).

Esta “democratización” de los fondos de la salud entre las mafias de Lezcano, Cavalieri, West Ocampo, Gerardo Martínez y Andrés Rodríguez, además de Moyano y sus socios de la UOM o el Smata, es la expresión de una crisis de conjunto.

El titular de este último gremio, el mecánico José Rodríguez, tuvo que renunciar por la quiebra fraudulenta de su obra social por unos 12 millones de pesos (luego de lo cual fue tercerizada), mientras no logra explicar una cuenta en Suiza por 500 mil dólares. Recordemos los campos inexplicables que llevaron a la renuncia de Palacios a la UTA. En la etapa de las “tasas chinas” de crecimiento, en lugar de ordenar las obras sociales se compraron campos y abrieron cuentas en Suiza.

Los fondos de las obras sociales son un botín. El punto es que la oposición de derecha que denuncia a los sindicalistas, los quiere para ellos, a través del Estado, y para la privatización definitiva del sistema que ya se hizo en parte mediante los gerenciamientos, concesiones y tercerizaciones, además del plan médico obligatorio como módulo de la mercantilización de la salud de obra social.

Toda la mugre está saltando, porque la caída del superávit fiscal desaceitó los “reintegros” teledirigidos por De Vido. Por otro lado, la derrota electoral kirchnerista debilitó el monopolio moyanista.

Ahora los importes en negro que sustituyen los verdaderos aumentos de paritarias son un golpe mortal a los fondos de salud y de jubilación. El reciente pacto de la UOM profundiza esa línea, porque la mitad del aumento del año se cobra mediante importes en negro.

Los “gordos”, los “independientes”, los “azules y blancos” de Barrionuevo, las “62” de Venegas de Uatre, e incluso la UOM, a su manera, disputan el liderazgo de Moyano que arbitró los topes salariales en toda la etapa kirchnerista. Pero lo hacen para protagonizar una etapa política de ajuste, que agravará la quiebra de la salud de los trabajadores. Para ello disputan los lugares en el Consejo Económico y Social.

La integración del CEyS es la prenda de canje de la paz social frente a los tarifazos, el congelamiento salarial y los despidos. Como se ve, también para seguir esquilmando las obras sociales.

La salida a esta podredumbre, al igual que la lucha por el salario y contra los despidos, se funda en la renovación de los cuerpos de delegados, en la organización de los precarizados, en las grandes batallas salariales del nuevo sindicalismo antiburocrático.

Fuera las garras del Estado de los fondos de las obras sociales. Ningún importe en negro, ni en el Estado ni en la actividad privada. Apertura de los libros de las obras sociales a comisiones electas en asamblea de los gremios. Fuera la burocracia sindical. Fuera la CGT y la CTA del CEyS, plan de lucha por un salario equivalente a la canasta familiar, por la prohibición de despidos y la nacionalización y gestión obrera de toda fábrica que cierre o despida.

Néstor Pitrola