Políticas

30/7/2009|1093

EXCLUSIVO DE INTERNET | El canciller "no grato"

Lieberman recibió en América Latina un trato que ni siquiera le dispensan los líderes de los países imperialistas.

Durante su primera gira europea, a comienzos de junio, sufrió todo tipo de desplantes, especialmente por parte de las diplomacias alemana y francesa. En Paris, no se celebró la tradicional conferencia de prensa con su par francés y de hecho el presidente Nicolás Sarkozy recomendó al primer ministro israelí “deshacerse” de la presencia de Lieberman en su gabinete. En Berlín, el jefe de la diplomacia alemana no lo recibió en un edificio público sino en un restaurante. Ningún presidente tomó contacto directo con él. Incluso Barack Obama, que había recibido al premier Nethanyahu y al ministro de defensa de Israel, Ehud Barak, eludió entrevistarse con Lieberman.

En Argentina, en cambio, fue recibido con toda la pompa por el jefe de ministros, por el canciller y por el jefe de Gobierno de la Capital. En Brasil, Colombia y Perú, se entrevistó con los respectivos presidentes.

“El jefe de la diplomacia (israelí) es casi un apestado en Europa y Estados Unidos” (El País, 13/7). Lieberman acusa por lo bajo a dos asesores de Obama, Rahm Emmanuel y David Axelrod, por su relativo aislamiento. Los tilda de “self hating jews” (judíos que se odian a sí mismos), etiqueta que aplica a los judíos que critican las políticas del Estado de Israel.

Mientras Lieberman se paseaba por Sudamérica, Hillary Clinton advertía a Irán que si no se abría a una negociación respecto de su plan nuclear, Estados Unidos tomaría “recaudos, incluso severos, y trabajaremos para aumentar la defensa de nuestros socios en la región”. El principal de estos “socios” es Israel. “Vamos a dejar todavía la puerta abierta” a las negociaciones, pero “el reloj nuclear corre” fue el ultimátum de Clinton (Página/12, 23/7).

Jacyn