Políticas

13/5/2010|1128

EXCLUSIVO DE INTERNET | Hospitales porteños: la calma que precede a la tormenta

El gobierno macrista tuvo que echar lastre y apelar de urgencia a los gremios para apurar las paritarias. La que firmó con el gremio municipal -Sutecba- otorgó ajustes salariales en cuotas que no cubren la inflación, aunque incluye una recategorización del personal y una agenda para la incorporación de contratados a planta. La Asociación de Médicos Municipales firmó un aumento de suma fija de 800 y 1.000 pesos según categorías, que equivale a un 21 a 28% y el blanqueo e incorporación al básico de 585 pesos que se venían cobrando; para los residentes, un incremento entre 22 y 24%.

Muy lejos de los 6.000 pesos de sueldo inicial y 40% de aumento que habían votado varias asambleas de hospital, aunque de todos modos logró enfriar transitoriamente los ánimos.

El Lagleyze fue reabierto, lo que constituye un gran triunfo de la movilización. El deterioro y la destrucción de la salud, sin embargo, avanzan. Macri ha confirmado su política de jubilaciones masivas y despidos por ausentismo, así como la pretensión de avanzar con el Plan Maestro de compactación de los hospitales Muñiz, Udaondo y María Ferrer; también avanza con el reciclado de los psiquiátricos Moyano, Borda y el Infanto juvenil, que implica el cierre parcial y la redistribución de pacientes. Se ha privatizado la facturación de los hospitales a terceros. El presupuesto de la salud cae sistemáticamente a valores constantes y con relación a los costos de insumos, equipamiento y construcciones necesarios, con la consecuencia de cierres de pabellones y servicios. El deterioro salarial hace que enfermeras recientemente ingresadas renuncien y emigren al sistema privado.

Estamos frente a una caldera que levanta presión y que provocará a corto plazo nuevas luchas de los trabajadores de la salud. Es fundamental que el Frente Gremial de Recuperación de médicos municipales, las gremiales locales independientes, la Interhospitalaria, los residentes y concurrentes impulsen asambleas por hospital e interhospitalarias para organizar un programa de acción.

Las huelgas de a los autoconvocados de salud de Tucumán, de Santiago del Estero y otras provincias son las que marcan el derrotero.

Elena Florín (Tribuna de Salud)