EXCLUSIVO DE INTERNET | La mortalidad infantil en Soldati casi triplica la de Belgrano

El Gobierno de la Ciudad acaba de publicar estadísticas sobre mortalidad infantil. Es notable que mientras el macrismo celebra una leve -levísima- baja de 7,9 a 7,3 cada mil nacidos vivos, un informe del Ministerio de Salud de la Nación le adjudica a la Capital, en el mismo período, un aumento del 8,3 al 8,4 (Página/12, 11/4). Como denuncian los trabajadores de la salud, todos han montado su propio Indec sanitario para esconder los efectos dramáticos del desmantelamiento hospitalario y del deterioro de las condiciones de vida de las masas. Pero lo que revelan los índices, aunque los manipulen, es que la mortalidad materna e infantil por causas evitables aumenta desde 2000 en la Argentina, revirtiendo la tendencia a la baja.

Los indicadores son tan alarmantes que el gobierno nacional acaba de dibujar un nuevo plan -y van…- para “facilitar el acceso de la mujer embarazada al sistema de salud, mejorar la calidad de los servicios de alta complejidad y prevenir embarazos no deseados” (Infobae, 1/6). Ginés González García tuvo el propio, del mismo modo que cada uno de sus predecesores, mientras los recortes del presupuesto de salud, el desmantelamiento hospitalario y la desnutrición se traducían en muertes evitables.

Macri y Ocaña tampoco pueden esconder que los bebés nacidos en Soldati, Lugano o el Riachuelo tienen casi el triple de posibilidades de morir antes del año de vida que los nacidos en Colegiales, Belgrano o Núñez. Entre 2006 y 2008, en Soldati, Lugano y el Riachuelo la mortalidad infantil pasó de 10 cada mil (2006), a 10,7 (2007) y a 11,9 (2008). Creció el 11,9% en tres años. En Belgrano, Colegiales, Núñez, en cambio, descendió de 7,1 (2006) a 4,6 (2007) y a 4,3 (2008).

En las barriadas de la zona sur no sólo se mueren cada vez más bebés antes del año sino que se agudiza geométricamente la brecha con los barrios ricos de la zona Norte[1]. La brecha, que era de 2,9 en 2006 pasó a ser de 7,6 en 2008. Los indicadores de la zona Norte (4,34 cada mil) superan los de Dinamarca, el país con mayor índice de desarrollo humano (IDH) del planeta, mientras que los de la zona Sur apenas mejoran los de La Matanza (13,3) o Santiago del Estero.

El informe del gobierno de Macri reconoce que la principal causa de mortalidad infantil durante 2008 fueron los nacimientos prematuros y el bajo peso al nacer, dos cuestiones “que pueden atacarse con prevención y diagnóstico o tratamiento oportuno en el embarazo” (Clarín, 26/5). La mortalidad infantil, dice el mismo informe, es “uno de los indicadores más sensibles de las condiciones de salud de la población” y refleja tanto “la distribución y disponibilidad de los servicios de saneamiento, salud y educación de la población”. Otros factores son “la situación habitacional, el ambiente sanitario, la nutrición de la madre y el niño, los programas de inmunización y control de las enfermedades”. ¡A confesión de partes relevo de pruebas!

Los vecinos de Lugano llevan años reclamando que construyan un hospital en la zona. Enfrente de la Villa 20 está el cementerio de autos de la Policía Federal, que ya ha generado que “a un tercio de los chicos de la villa se les haya detectado plomo en sangre debido a los residuos tóxicos de las baterías y los combustibles, que drenan sobre el terreno contaminando el suelo y las napas de agua”. ¿Quién podría extrañarse de las estadísticas?

En síntesis: para disminuir la mortalidad infantil y la muerte materna tendría que haber turnos y profesionales suficientes en los hospitales; centros de salud accesibles que impidan que las embarazadas lleguen al parto con solo uno -o ningún- control previo y que garanticen el seguimiento médico del recién nacido. Pero no sólo eso: el Estado también debería garantizar alimentación adecuada, barriadas sin focos infecciosos, con cloacas y agua potable, y una vivienda digna.

Nada de eso están en los planes del kirchnerismo ni de la oposición, que descargan sobre los trabajadores despidos, suspensiones, desalojos y tarifazos, y tiene en carpeta una megadevaluación para después de las elecciones. Por lo tanto, el incremento de la mortalidad infantil y materna en los sectores populares debe considerarse una política de Estado.

[1] http://estatico.buenosaires.gov.ar/areas/hacienda/sis_estadistico/397_mortalidad_infantil_19902008.pdf

 

Olga Cristóbal