EXCLUSIVO DE INTERNET | La OMS descubre la velocidad de la crisis mundial

Pero oculta su significado

La Directora General de la OMS convocó una reunión consultiva de alto nivel antes de la apertura de la 124ª reunión del Consejo Ejecutivo, el 19 de enero. Su objetivo era analizar el impacto de la crisis financiera y económica en la salud mundial.

El documento de la OMS1 señala la crisis financiera de los países de la OCDE y el comienzo de la más grave recesión económica desde 1930.

El aumento de los alimentos y combustibles sumó más de 100 millones de nuevos pobres en el mundo; el reto es prevenir que la crisis económica se convierta en una crisis social y sanitaria.

La OMS intenta ocultar que la crisis capitalista mundial es imparable… y (que) la crisis bancaria disimula, entonces, una crisis de sobreproducción, que el crédito al consumo ha tratado infructuosamente de superar: las fuerzas productivas desbordan el marco capitalista en que fueron creadas.

El pronóstico de la OMS ofende a la inteligencia. “Algunos países están particularmente expuestos…” los endeudados con el FMI “tal vez” tengan restricciones al gasto mientras reembolsen los préstamos… “muchos países en desarrollo”… se encuentran en una mejor situación fiscal… y “la mayoría seguirán el camino del crecimiento económico, aunque más lento”.

Luego se sincera: en todos los países… “los más afectados serán los pobres”.

Los técnicos de la OMS pretenden salvaguardar los ingresos además de la salud (de la población) mediante empleos temporales que en sí mismos rindan beneficios sociales, como construcción de escuelas y dispensarios.

La OMS propone más flexibilidad laboral, y planes trabajar.

También repite una profecía autocumplida: la demanda de servicios públicos de salud aumentará, el aumento del costo del servicio del sector privado provocará la transferencia de la población al sector público, que sin un apoyo financiero adecuado (presupuesto), provocará la caída de la calidad de atención.

Este escenario no es nuevo, ya que por el contrario, describe la crisis sanitaria argentina, agravada a partir del 2001, perpetuada hasta el presente y manifiesta en hospitales desabastecidos, obsolescencia y ausencia tecnológica, derrumbe edilicio, trabajo precarizado y mal retribuido.

Los participantes de la Reunión Consultiva destacaron que una característica fundamental de la crisis es la velocidad a la que evoluciona.

En el Anexo 1 del documento de la Reunión Consultiva, bajo el título “Mitigar el impacto de la crisis financiera en la salud”, en el apartado Nº 41, dice: “La recesión económica hace más difícil la tarea de defender los presupuestos sanitarios. En los países afectados por la crisis financiera, puede darse prioridad a la recapitalización de los bancos y demás instituciones financieras”.

La OMS propone el aumento de la eficacia del gasto en el sector salud, advirtiendo que “En el ámbito del sector de la salud, los ministros y sus funcionarios se enfrentan a opciones difíciles. Por ejemplo, siempre es más fácil recortar los gastos de explotación con el fin de salvaguardar los salarios. Sin embargo, la experiencia en el pasado pone de relieve los riesgos que ello conlleva, a saber: el gasto en salud se vuelve ineficaz cuando los trabajadores sanitarios carecen de suministros, el personal se siente descontento; la escasez de medicamentos esenciales provoca la desconfianza del público en general; y las infraestructuras existentes se deterioran debido a la falta de mantenimiento”.

Al respecto es obligatorio denunciar que la caída salarial ya se produjo, vía devaluación monetaria y suspensiones de puestos de trabajo con reducción de salarios y que por ejemplo en nuestro país, los presupuestos de salud son insuficientes desde antes del estallido de la crisis capitalista mundial.

Finalmente, la OMS previene: “la recesión ha ido acompañada de disturbios sociales”.

El reloj de la OMS atrasa. La palabra y la acción, la tienen los trabajadores.


1. La crisis financiera y la salud mundial. Informe de la Reunión Consultiva de Alto Nivel. Organización Mundial de la Salud, Ginebra. 19 de enero de 2009. Nota de información/2009/1. 21 de enero de 2009. OMS

(Extractado para su publicación)

Luis Trombetta