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Jorge Oyarzun, de 17 años, quien desapareció el martes 25 de mayo en el barrio Villa Obrera cuando fue a visitar a una amiga, fue hallado semidesnudo y sumergido en el río Neuquén, asesinado a puñaladas. La conmoción que causó el crimen en la comuna de Centenario ha despertado un estado de movilización, principalmente en la juventud, sobre todo porque la policía y el fiscal informaron que el caso era el resultado de una jauría de perros.

No es la primera vez que justicia local, en complicidad con el poder político, cambia las carátulas en casos de similar naturaleza.

El año pasado, Eva Tapia, de 18 años, apareció ahogada con sus hijos de tres meses y de tres años, con evidentes señales de una golpiza. Sin embargo, para la fiscal fue suicidio.

En agosto del año pasado, tras un mes de desaparición, Gimena Salazar apareció semidesnuda y asesinada. Para la Justicia fue intoxicación, pero en este hecho estaba indicado como sospechoso Pieroni, histórico puntero del MPN local.

Los jóvenes de Centenario denuncian que desde hace un tiempo existe un estado de represión hacia la juventud en la localidad, que se refleja en que, después de las 8 de la noche, la policía realiza rastrillajes, arresta y revisa a todo aquel que aparezca como sospechoso. El miércoles 2, una movilización de 1.500 personas denunció todos estos atropellos y repudió la impunidad. La movilización se dirigió al centro del poder político -Municipalidad, Concejo de Deliberante- y realizó un escarche a la policía.

Ya están convocadas más movilizaciones para esta semana.

Por una comisión de investigación independiente del gobierno y la policía.

Es necesaria una transformación revolucionaria de este régimen social que está en estado de descomposición total.