Un reguero de luchas reivindicativas atraviesa la provincia. Con huelgas, cortes de ruta en varias localidades del interior, ocupaciones de municipios y hasta abuelos que reciben ayuda social cortando la ruta en Plaza Huincul.

El gobierno provincial corre como un bombero tirando lastre aquí y allá. Cede un tanto en cada lugar. Sapag, que decía que la provincia se incendiaría si otorgaba aumentos de salarios o mayor ayuda social, ha terminado con la provincia incendiada por no hacerlo.

En el conflicto de salud, el gobierno ha decidido dar un aumento por decreto que rompe el escalafón. Son sumas en negro y elimina todos los derechos de licencias y aun el derecho a huelga, porque liga la posibilidad de cobrar las sumas a la “asistencia perfecta”. Los trabajadores de la salud le hemos puesto un tope a este atropello y logramos masificar la medida con una gran huelga, que puso a 1.500 compañeros en la calle el viernes pasado (17 de abril). Los hospitales de toda la provincia se pronunciaron por la derogación del decreto 547/09, por aumentos al básico y por la discusión en una mesa salarial.

El gobierno tuvo que acceder a una reunión con todos los gremios: ATE, UPCN y Asociación de Profesionales, y dejar establecido en acta que se debatirá la derogación del decreto: un avance en el plan de aumento salarial.

UPCN tuvo que salir con un paro por 48 horas por la derogación del decreto, cuando es la misma letra del Convenio Colectivo de Trabajo que habían firmado con Sapag el año pasado y fue los 10.000 trabajadores estatales repudiamos. ATE sigue con su política de dividir los reclamos: los compañeros de Acción Social están con medidas de lucha por el pase a planta y el aumento salarial comprometido desde el año pasado. En Estadísticas y Censos hay compañeros despedidos y están ocupando el edificio con ese reclamo. La política del gremio mayoritario de los estatales es pegar por separado. En lugar de llevar adelante un plan de lucha de conjunto, hace que cada sector se arregle como pueda.

Es necesario un Congreso de trabajadores de la CTA por un aumento salarial de emergencia al básico, reincorporación de los compañeros despedidos, pase a planta de los contratados, mensualizados y bajo programa y en salud culminación de las obras sanitarias pendientes en la provincia con el recurso humano e infraestructura prevista. Que la crisis la paguen los capitalistas.

Gabriela Supicich