Políticas

23/4/2009|1080

EXCLUSIVO DE INTERNET | Pedagogía

Es indudable la fuerte crisis económica que estamos atravesando. Ya nada nos alerta al respecto, y varias fueron las líneas que explican día tras día la profundidad de esta catástrofe social. Esta situación de confusión (en la cual nadie sabe hacia donde esta dirigido el próximo centro problemático que significaría más trabajadores en la calle o el aumento del costo de vida que cotidianamente se sufre en carne propia), es proclive a cuestionamientos, que el propio sujeto tiende a efectuar en momentos en los cuales el asombro impresiona su campo de conocimiento; esta impresión lo coloca en el estado de revalidacion de sus creencias y del campo de su autoconcepcion. (…)

Ante este panorama la tarea del sujeto revolucionario es la de promover, más que nunca, el cariz de la conscientización de los trabajadores. Conscientización que es consecuente con el carácter interventor del sujeto revolucionario en el seno social, como estimulador del pensamiento crítico y del materialismo histórico como método de análisis de lo real. Por otro lado esta conscientización es congruente con la organización de los trabajadores en su lucha contra la explotación y la miseria. En los explotados la instrospección se producirá en dos pasos: en primer lugar, como clarificadora de la condición factum del sujeto en tanto ser-individual y ser-social; en segundo lugar, desacreditando la falsa conciencia de verdadera responsabilidad de actos al converger al estadio en la cual la consciencia declara el carácter de explotado del individuo, y su nula libertad de acción.

Las herramientas que hoy nos son ofrecidas deben ser desenvueltas en todas sus magnitudes y formas (periódicos, volantes, folletos, boletines, discurso, etc.). Por medio de ellas, en todos los contextos, la declaración suficiente para iniciar las series de conscientización en cada sujeto.

Esta acción de despertar que genera el sujeto revolucionario en los sujetos alienados, es la pedagogía que la situación actual convoca para que sea efectuada. Esta operación implica una asistencia educadora en cada barrio, en cada fábrica, en cada lugar de trabajo y de conglomeración social. Frente a toda maniobra “foquista” o “petardista”, la “explicación clarificada” leninista debe ser el bastión de lucha para inducir a los trabajadores los modelos para agruparse y animar una lucha en conjunto como salida a esta crisis. La convocatoria de jóvenes y adultos, hombres y mujeres, en actos, charlas, conferencias, etc.; es aquí en donde la estimulación debe tomar su rumbo hacia la constitución de asambleas y comisiones, articulando formatos de organización progresivamente avanzados según la necesidad que el conflicto social requiera. (…)

Ella permitiría desembarazarnos del pasado hostil que no posibilita presentificarnos libremente, de manera auténtica, en el ahora. Ella nos ofrece el vademecum para edificar una situación que motorice la superación de la consciencia colectiva, y haga del simple y oprimido disconformismo una plataforma que permita arrollarnos a un estadio revolucionario.

(Extractado para su publicación)

Silvano L.