Políticas

14/5/2009|1083

EXCLUSIVO DE INTERNET | “Represión en democracia”

El libro de María del Carmen Verdú

María del Carmen Verdú, fundadora y militante de Correpi, acaba de presentar su libro “Represión en democracia”. Desde su título, una desmitificación y una denuncia: con la democracia también se reprime. María del Carmen Verdú ha intervenido, a lo largo de 20 años, en la realidad práctica de los cientos de casos de gatillo fácil y casos de persecución penal a luchadores.

“Los fusilamientos perpetuados por las fuerzas de seguridad que se presentan como falsos enfrentamientos, la aplicación sistemática de la torturas a detenidos legal o ilegalmente y las facultades policiales para detener personas arbitrariamente, son las tres modalidades básicas de una forma represiva que tiene por objetivo imponer el control social sobre las grandes mayorías que deben ser disciplinadas para que acepten, como natural, su subordinación a la clase dominante. Se trata de diferentes modalidades de una única política de Estado que encuentra su origen en la necesidad del Estado capitalista-gobierne quien gobierne- de garantizar la opresión a través del control y el disciplinamiento social.”

“Desde diciembre de 1983, hasta el mismo mes de 2008, los gobiernos “democráticos”, mataron, desaparecieron, torturaron hasta morir, o masacraron en cárceles y movilizaciones 2.557 personas. En los últimos seis años, el promedio oscila entre los 15 y 16 casos mensuales, es decir una muerte día por medio”.

La autora lejos está de un conteo estadístico; su objetivo es desnudar las “explicaciones” que por derecha e izquierda intentan relativizar el papel del Estado, y las teorías del “hecho aislado e individual”, “loquito suelo”, “psicópata reclutado por error”, “herencia de la dictadura”, “burocracia autónoma”. Desnuda el rol de la Justicia, a través de un análisis jurídico y casuístico de cómo funcionan las instituciones de sobreseimiento y excarcelación con los uniformados. “La impunidad -dice- no es una categórica jurídica, sino política; es un atributo del poder, una cualidad intrínseca del poder estatal, cuyos beneficios se extienden naturalmente, a sus perros guardianes”.

Sigue arrasando velos cuando demuestra que los métodos de tortura y asesinatos propios de un estado de excepción, se aplican en forma regular en la actualidad, encubiertos en la invisibilidad que les da justamente su aplicación sistemática.

“Los defensores de la democracia moderna se refugian en la literalidad de los tratados internacionales, las constituciones y las leyes internas… (…) El análisis de la realidad en un territorio y un momento histórico… – … en nuestro caso Argentina hoy- demuestra que la única diferencia tangible que existe entre los tiempos en que la tortura era un método universalmente legal para interrogar y castigar prisioneros, es la invisibilidad, potenciada precisamente por la enorme distancia que existe entre la textualidad normativa y la práctica real. Una distancia que no es fruto, de los insuficientes desarrollos de los mecanismos democráticos de control, sino que resulta de la necesidad del sistema, que requiere tanto de la norma que prohíbe formalmente la tortura, como su práctica cotidiana, en una ‘clandestinidad’.

En el capítulo dirigido al gobierno de los “derechos humanos” del matrimonio Kirchner, describe con datos sus violaciones sistemáticas a los derechos humanos y denuncia la utilización de “patotas”. Verdú muestra que la política de derechos humanos del kirchnerismo es parte de su política represiva.

Su última conclusión es inapelable:

“La plena vigencia de los derechos humanos no es una asignación pendiente que la democracia no ha sabido o no ha podido resolver. No puede haber otro sistema de libertades dentro del capitalismo. No se trata una vez más, de errores o insuficiencia de voluntad política: no hay reforma que pueda modificar lo que es la naturaleza de las cosas.”

Claudia Ferrero