Políticas

28/6/2019

Explosión en Bahía Blanca: la impunidad de las grandes empresas y la complicidad de los gobiernos

El hecho, que extendió su impacto por kilómetros, sucedió en la planta de Dow Chemical en el Polo Petroquímico.

Cerca de las 0:20 hs del viernes 28, una explosión sacudió a toda la ciudad de Bahía Blanca y sus alrededores.


La explosión provino de la planta de Dow Chemical, ubicado en el Polo Petroquímico en las inmediaciones de Ingeniero White, a sólo seis kilómetros de la plaza central de Bahía Blanca. El estruendo fue captado por el sismógrafo de Sierra de la Ventana, ubicado a más de 100 km de distancia.


A los pocos minutos, vecinos de toda la ciudad manifestaron su preocupación en las redes sociales. Viviendas de White sufrieron roturas de vidrios, y la explosión se sintió tan fuerte allí que recordó a los vecinos la explosión de un silo que causó la muerte de 22 obreros en 1985.


Ocultamientos y contradicciones de la empresa


Una hora y media después, la empresa emitió un comunicado donde mencionó un “incidente” debido a la sobrepresión de un “recipiente sin presencia de fuego”. No obstante, en audios publicados en el portal La Brújula, operarios de la empresa le comunican al Comité Técnico Ejecutivo (CTE, organismo municipal responsable de controlar y monitorear a las grandes empresas instaladas en el sector portuario-industrial local) sobre un “principio de incendio”. Y en los videos publicados en vivo en La Nueva se aprecia con nitidez un incendio con grandes llamas en la planta de Dow. Asimismo, en la versión del comunicado de la empresa recogido por la agencia Télam se menciona una "deflagración” (combustión con llamas), lo que indica que el comunicado habría sido modificado posteriormente para hablar de una “sobrepresión”.


La empresa Dow tiene el antecedente de otra explosión con incendio en noviembre de 2015, con un saldo de tres obreros heridos. Según la vocera de la empresa, en esta oportunidad no hubo heridos porque en horario nocturno todos los operarios permanecen en un búnker, y sólo en horario diurno están directamente expuestos.


El gobierno municipal de Héctor Gay es cómplice


Desde la municipalidad, y en perfecta coordinación con la empresa, se tardó una hora y media en dar información, escudándose en que el plazo legal para informar sería de dos horas. No sonó ninguna sirena ni de advertencia a los trabajadores ni a la población.


El Comité de Crisis del Municipio montó una puesta en escena reuniéndose alrededor de la 1am en las inmediaciones de la empresa, sin participación de ningún representante de la empresa, mucho menos de sus trabajadores. La reunión fue abortada abruptamente por el Secretario de Gobierno Fernando Compagnoni.


Por el último incidente en noviembre de 2015, la multa que le puso el Municipio a la firma fue de 321.570 pesos, un monto irrisorio luego de haber puesto en riesgo y de  contaminar a la población bahiense. Frente al actual, desde el CTE todavía no tienen prevista ninguna sanción.


Los pulpos operan, entonces, con una completa impunidad en relación a las condiciones de seguridad tanto de sus trabajadores como de la población en su conjunto. La localización del Polo en inmediaciones urbanas, cuestionada por profesionales en seguridad, supone un peligro permanente para los miles de habitantes de la ciudad. El problema se agrava con plantas que ya han superado largamente su vida útil.


Han sido varios los episodios de grandes accidentes en la zona del Polo y el puerto. Amén de los mencionados, se destaca el escape de cloro en una cañería de la planta de Solvay-Indupa en 2000. En dicha oportunidad, no se originó un desastre con miles de heridos y muertos sólo gracias a que el viento desvió la nube tóxica hacia el mar, y no hacia el casco urbano.


Asimismo, los “accidentes” laborales que se llevan la vida de trabajadores del Polo son moneda corriente. La condena levísima al patrón de una tercerizada por el caso emblemático de Juan Cruz Manfredini es sólo un botón de muestra.


Todos los partidos que gobernaron en Bahía han actuado de garantes de esta realidad, desde la UCR y el PJ hasta el actual gobierno de Cambiemos. El episodio de la explosión demuestra la cercanía al desastre en la que se encuentra una ciudad donde habitan más de 300 mil personas, como consecuencia de favorecer sistemáticamente los intereses de las grandes empresas del Polo, a costa de las condiciones de seguridad y medioambiente. Otro punto en común, además del acuerdo con el FMI, entre los Macri-Pichetto y los Fernández-Fernández-Massa.


Es necesaria la convocatoria a una asamblea popular en Ingeniero White, con el impulso de los sindicatos intervinientes en el Polo, organizaciones ambientales y barriales, para debatir la situación, exigir toda la información al municipio y a DOW y votar medidas urgentes, como la conformación de comités de seguridad e higiene en todo el polo, bajo control de sus trabajadores y vecinos de White, con potestad de parar la producción.


Este nuevo alerta y amenaza de catástrofe debe servir para remarcar la necesidad de una reorganización social profunda, que coloque la seguridad y el medio ambiente en primer lugar en el marco de una operatoria industrial, incluyendo la eventualidad de un traslado de las instalaciones a zonas que no afecten a la población. Sólo un gobierno de los trabajadores -perspectiva defendida por el Frente de Izquierda Unidad- puede llevar a cabo esta tarea.