El 30 de mayo se realizó una nueva marcha a cinco meses de la masacre de Cromañón. La intervención del papá de Gastón Amaya, Eduardo, supo expresar, sobre el escenario montado en Plaza de Mayo, el momento que se vive. Denunció al gobierno nacional por su política de enkubrimiento de los responsables políticos de la masacre; denunció que no podía ser de otra manera cuando el propio Presidente cogobernó con Menem; y también apuntó sobre el Poder Judicial cuando de mostró que la liberación de Chabán no era garantismo, ya que de serlo deberían estar en la calle más de la mitad de los presos que aún no tienen sentencia. Reafirmó la lucha de los familiares por la cárcel de Ibarra, todos los funcionarios responsables y Chabán. Varios padres más reforzaron este planteo, como Giralt, que prometió no parar hasta que Ibarra y Chabán estuvieran presos.