Feliz Primavera de Luchas

La torpeza, en política, es un síntoma infalible de que las contradicciones se han tornado insuperables. Y es lo que les ocurre a los Kirchner, que al pagarle a los usureros del llamado Club de París han cometido, más que un desfalco a los intereses nacionales, una torpeza.

Al otro día del anuncio que prometía el regreso de Argentina a los mercados internacionales, la cotización de la deuda pública del país volvía a derrumbarse y el famoso riesgo-país se iba por las nubes; el capital financiero exige mucho más que unos módicos 6.700 millones de dólares.

Exige saldar por completo la deuda impaga; exige la revalorización de la que se ajusta por inflación; exige tarifazos en combustible, energía y transporte; exige indemnizaciones para los capitales que fueron afectados por la crisis de 2001.

Exige un plan de catástrofe social.

Los alcahuetes del ‘establishment’ y los partidos sojeros que apoyaron el pago dejaron al desnudo, más que su asumida vocación entreguista, sus similitudes con el matrimonio oficial y su misma incapacidad.

Los ‘progresistas’ que saludaron el desfalco – como los Heller, los Yasky o los Sabatella- , mostraron, por si aún hacía falta, que son una rueda auxiliar de los explotadores.

El fracaso del operativo ‘paguemos a los usureros del Club de París’ acelera el desmoronamiento del kirchnerismo y acentúa la crisis política.

Pone en crisis al otro fraude oficial: el rescate del grupo Marsans, o la pretensión de desarrollar una línea aérea nacional a partir del reconocimiento de una deuda dibujada de mil millones de dólares.

La decisión de pagar dejó al desnudo una completa división en el gabinete y la imposibilidad de seguir gobernando con el actual esquema político, lo cual nos lleva a un gobierno de coalición con la oposición o al acortamiento del mandato presidencial.

Es en este contexto que debemos poner a las luchas que reciben a la primavera, desde la aguerrida y tenaz de los obreros fabriles y los cosecheros del Ingenio El Tabacal -de la yanqui Seabord Corporation-, en Orán, Salta, hasta la gran lucha del Subte que derribó el intento de la burocracia patoteril de la UTA de liquidar un cuerpo de delegados democrático, combativo y representativo.

La lucha de los secundarios contra Cacciatore Macri; la de los Sutebas combativos que no aceptan el nuevo acuerdo espurio de los Yasky con Scioli; la de los docentes de la Ciudad; de los docentes y estudiantes universitarios; la de los compañeros que trabajan en las plantas de los tres pulpos del neumático; la de las decenas de asambleas ambientales que convergieron a la Costanera Sur para protestar contra la contaminación y ofrecer una salida; la de los trabajadores del Mantenimiento Urbano de la Ciudad y la lucha de miles de madres y hermanos que se movilizan contra el secuestro de nuestras jóvenes, la violencia contra la mujer y el ‘gatillo fácil’.

La lucha piquetera de las barriadas por viviendas dignas.

La primavera, la juventud, la clase obrera, el brote que ninguna reacción política destruirá jamás y que tampoco podrá desvirtuar ese deshecho político que se protege a sí mismo con el mote de ‘progresismo’.

Construyamos una alternativa obrera y socialista.