“Hemos pasado infinidad de veces por el lugar donde se encontró el cuerpo el martes y el día que desapareció Santiago Maldonado el río tenía una profundidad de 30 a 50 centímetros, todo indica que fue plantado”, dice Fernando Jones Huala, vocero de la comunidad Pu Lof en Cushamen a Prensa Obrera. “En el primer rastrillaje realizado el 5 de agosto en la zona los buzos dijeron que no era posible que se hubiera ahogado en el lugar”, indica Jones, cuyo hermano Facundo se encuentra en prisión a la espera de que la justicia resuelva un pedido de extradición del Estado chileno, hecho que provocó la manifestación sobre la ruta 40, que culminó con la represión de la Gendarmería y la desaparición de Santiago Maldonado.

 

“El cuerpo fue encontrado cien metros río arriba desde donde Matías Santana vio por última vez a Santiago, lo cual desafía toda lógica”, explica Jones sobre el testigo mapuche que asegura que vio a Maldonado quedarse en la orilla del río Chubut, mientras lo escuchaba decir: “Ya está, ya está”, en señal de aceptación de su detención por los gendarmes.

 

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“Es un lugar que recorremos cotidianamente", dice Jones Huala a Prensa Obrera. "Por ese mismo lugar pasó tres veces el rastrillaje judicial, Sergio Maldonado (hermano de Santiago), Andrea Antico (cuñada del joven desaparecido), la abogada Verónica Heredia y los miembros de la comunidad”.

 

En la conferencia de prensa brindada por los familiares de Maldonado se expresó que existía la sospecha de que el cuerpo hubiera sido plantado. Como desde el primer momento de la desaparición, todo apunta a la acción de la Gendarmería (Santiago fue visto con vida por última vez en medio de la represión en Pu  Lof Cushamen) y a la responsabilidad política del gobierno, en particular de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich y su jefe de gabinete Pablo Noceti, que coordinó ese 1 de agosto la represión.