Políticas

16/10/2003|821

Filmus: Vendamos la educación a los bancos

La propuesta del ministro de Educación, Daniel Filmus, de “cambiar deuda por educación”, es de clara inspiración fondomonetarista. Consiste en aceptar títulos de la deuda, a un valor superior al que tienen en el mercado, para inversiones en educación, como ocurrió cuando Menem privatizó las empresas del Estado. Una empresa compra bonos al 20% de su valor (precio de mercado) y luego los vende en el Banco Central a un precio mayor en pesos. Esa diferencia es el “incentivo” para que en lugar de vender ese bono a cambio de dólares en el mercado, el “inversor” lo venda, a cambio de pesos, al Banco Central. Con esos pesos, el “inversor” compra o instala una escuela o universidad (con su equipamiento).


De esta manera, el Estado rescata deuda a un valor superior, con emisión inflacionaria. Esa mayor emisión también termina generando aumento de precios, una presión sobre el dólar y una mayor fuga de capitales.


Este mecanismo, llamado de “capitalización de deuda”, se aplicó en Argentina desde 1985. Como comenta Eduardo Basualdo, en Acerca de la naturaleza de la deuda externa, “esta política surgió en la reunión del FMI que se realizó en Seúl a comienzos de 1985, donde los organismos internacionales les plantearon a los países latinoamericanos que, además de saldar los intereses, debían devolver el capital adeudado a raíz de los compromisos contraídos en los años anteriores…” (pág. 24).


Como los países latinoamericanos no disponían de dólares, la capitalización de la deuda permitió a las empresas imperialistas utilizar ese mecanismo para concretar inversiones que de todas maneras iban a realizar, con el agregado de un claro subsidio del Estado. Entre 1985 y 1989, las empresas que se beneficiaron con este mecanismo fueron Coca-Cola, Alpargatas, Massuh, Autolatina (Ford-Volkswagen), Swift, Impsat, Malteria Pampa (Brahma)… Basualdo comenta que “el primer régimen de capitalización de deuda externa (…) en conjunto comprometieron alrededor de 2.200 millones de dólares capitalizados e involucraron subsidios del Estado”


Ya con Menem la capitalización de la deuda se aplicó a las privatizaciones. Contra la entrega de bonos desvalorizados, Telefónica y Telecom se quedaron con Entel, y así se hizo también con el resto de las empresas públicas.


Con las empresas públicas ya privatizadas, con la jubilación privatizada y la salud en gran parte privatizada, Filmus quiere abrir la educación al campo especulativo y privatizador, presentando como “progresista” una vieja política del imperialismo para cobrar la deuda y colonizar aún más a los países endeudados.


Luego, o simultáneamente, se hará lo mismo con la Patagonia.