Políticas

26/12/1996|525

Fin de año a pan, agua, lucha … y victoria

Sobre el filo mismo del fin de año (el 30 por la noche), los trabajadores estatales y docentes de la provincia le infligieron una derrota política de magnitud al gobernador Sapag. Su movilización sostenida impuso que se archivara el proyecto de ley impulsado por el gobierno (y apoyado por los legisladores del PJ) para hacer ‘legal’ la rebaja de salarios. Así se ha anulado todo escollo legal para volver a cobrar el 40% de zona y toda una serie de bonificaciones anuladas por decretazos del gobernador.


¿Arde Neuquén?


La victoria de los trabajadores estatales se produce en días en que en Neuquén está pasando ‘de todo’.


Los pobladores de Las Lajas, descontentos con el cierre de la guarnición local del ejército (lo que significa la emigración de 1.200 personas de una comunidad de 4.000 habitantes), siguiendo los pasos del Cutralcazo, cortaron las rutas de acceso al norte neuquino y bloquearon las salidas del pueblo.


Los habitantes de Bajada del Agrio también se sumaron con un corte de ruta. En tanto, los vecinos de Barrancas —otra pequeña localidad del norte neuquino— tomaron el municipio.


La justicia acaba de dictar la absolución del resto de los compañeros perseguidos por la represión del 2 de octubre de 1995.


En la zona de Aluminé, comunidades mapuches ocuparon su zona de ‘veranada’ y fueron desalojados, a pedido de ganaderos y beneficiarios del reparto especulativo de las tierras de Pulmarí, por unidades antimotines de la policía provincial y por gendarmería, apresando a varios de ellos y destruyendo sus viviendas.


En Plottier, obreros de una obra tomaron por unas horas oficinas del municipio.


La victoria de los estatales


La declaración de inconstitucionalidad del artículo de la ley de remuneraciones que habilitó a Sapag a bajar los salarios, así como el pase a archivo del proyecto para rebajarlos por medio de una ley, son el producto directo de la movilización, los paros y la lucha de los trabajadores estatales.


Un factor clave de la victoria fue la ocupación de la Legislatura por centenares de trabajadores. Así, obligaron a una reunión de comisiones que debieron sesionar en medio de una virtual asamblea popular, donde dirigentes sindicales y activistas participaron como un diputado más en las deliberaciones. El otro factor clave fue la masividad de los paros: escuelas, hospitales, el ISSN y las demás dependencias cumplieron masivamente las medidas de lucha, haciendo realidad el cántico de que “si no aflojan ya, la provincia les vamos a parar”.


Esta enorme movilización explica que muchos de los legisladores y bloques (‘blancos’ del MPN, radicales) que ahora rechazaron la ley antisalarial, votaron, poco tiempo atrás, antes de que se iniciara el plan de lucha, el presupuesto provincial que convalidaba la rebaja salarial. Los ‘opositores’ fueron, pura y simplemente, doblegados por la presión de la lucha. Esto está claro si se recuerda que, hace apenas un año, eran los ‘blancos’ del MPN —entonces en el gobierno— quienes aplicaban una política contra los trabajadores, y que en la vecina Río Negro fueron los radicales los que ‘recontra-rebajaron’ los salarios de los estatales.


Un gobierno fusilado


La flor y nata de la ‘patria contratista’, la Cámara Contratista de la Construcción, se había expedido en favor de la rebaja salarial con el extraño argumento de que “no haya sectores privilegiados”. Esto lo dice una entidad entre cuyos asociados hay varios vaciadores del Banco Provincia: 70 millones de dólares nunca devueltos, que tuvimos que pagar todos los neuquinos, garantinzando un bono de ‘capitalización’ con los ingresos de las regalías.


En la pelea entre los trabajadores y los capitalistas por ver quién se queda con 65 millones de pesos en 1997 (si van a los salarios o a los subsidios para la ’patria contratista’), somos los laburantes los que ganamos el primer round. Esto abre una crisis fenomenal de todo el régimen político provincial.


A un año de haber asumido con el 60% de los votos, Sapag está tan empantanado como lo estaba Sobisch después de cuatro años de mandato.


Lo que se viene


Está claro que la victoria obtenida no significa que el gobierno se allane a devolver los salarios robados durante todo el 96 y que vuelva a pagar la zona y los adicionales a partir del 97. Habrá que continuar una nueva etapa de lucha para hacer efectivo lo que se conquistó, por ahora, en el plano político y legal.


La lucha por hacer efectiva la devolución de lo ya robado y volver a cobrar con los plus y las bonificaciones está en pie, y aún debe darse, pero la derrota infligida al gobierno ha golpeado a todo el régimen político patronal, demostrando que el Cutralcazo abrió un camino que no se ha cerrado. La representación política de los patrones está en crisis, fracturada. Ocupar la Legislatura y los municipios, ‘tomar’ localidades ya son parte de la lucha cotidiana de los trabajadores.