Políticas

28/3/1996|487

Frente de izquierda en Capital

La negativa de la jueza Servini de Cubría a desdoblar las elecciones de la Capital no sorprendió. El oficialismo, los radicales y el Frepaso vienen coincidiendo en elecciones simultáneas de jefe de gobierno y estatuyentes, por puras especulaciones electorales. El justicialismo porque no quiere “perder dos veces”. Radicales y frepasistas perciben que la crisis política hace incierta y peligrosa cualquier prolongación del proceso electoral. Poco les importa cuál es el método ‘constitucional’ y menos el más democrático de la elección. Al punto que el Frepaso, que sostuvo al principio elecciones separadas, cambió de posición para no quedar ‘pegado’ al menemista Dromi, que planteaba lo mismo.


En la mira de estos partidos no está la democracia política ni los intereses populares. Radicales y frepasistas comparten la política menemista de privatización de la salud y la educación; la concesión de los servicios públicos y la descarga de la gravosa deuda de la ciudad sobre las espaldas de los contribuyentes. De la Rúa propone que se constituya una “Capital residual” (como Telefónica), que se haga cargo del pago de las deudas. Lo que significa ‘pasarle el muerto’ a la población del conjunto del país y soslayar el planteo del desconocimiento de la deuda, la investigación de los contratos de saqueo con los Macri y Cía., y la expropiación de los responsables. Esto sería enfrentar los intereses que sostienen su candidatura. Ni chachistas ni delarruistas han denunciado el presupuesto presentado por ‘topadora Domínguez’ al Concejo Deliberante, ni convocaron a la movilización del pueblo de la capital para exigir su renuncia cuando se venció su mandato. Todos aceptaron la “ley Cafiero”, que condiciona la futura ‘autonomía’ y recorta las atribuciones de la Estatuyente.


Para los partidos capitalistas, la ‘autonomía’ no es más que la disputa por la propiedad urbana de la Capital y por los grandes negociados inmobiliarios en curso (Ciudad Judicial, proyecto Retiro, reurbanización de La Boca etc.). Un régimen que debute con 2.800 millones de deuda, de los cuales 2.200 son con la Nación (incluyendo el pago de las autopistas de Cacciatore), será rehén de la banca y del gobierno nacional.


Frente de izquierda


No se equivocan los trabajadores que se acercan a las mesas de propaganda del Partido Obrero, cuando dicen que “no existe oposición”. Se necesita un polo político de los trabajadores. La perspectiva de un frente de izquierda se encuentra bloqueada, sin embargo, porque algunos grupos de izquierda apoyan a La Porta de manera directa (Ptp), o vergonzante (Mst, ver PO 486), pues encubren la complicidad del Frepaso con el régimen actual.


El PO llama, en cambio, a utilizar la oportunidad de la Estatuyente para dar la batalla por todas las reivindicaciones de los explotados: el salario igual a la canasta familiar y el 82% para los jubilados, el seguro al desocupado, el desconocimiento de la deuda y la anulación e investigación de contratos y privatizaciones, la defensa de la salud pública, (con eliminación de la ‘autogestión’ hospitalaria), y de la escuela estatal y laica; la expropiación de los capitalistas que saquearon la ciudad. Por un frente de izquierda que constituya un comando político para organizar la lucha de los explotados contra el régimen menemista, por la independencia política de los trabajadores y un gobierno de los explotados.