Políticas

18/7/1995|456

Frente Mas-PO en Santa Fe

Para intervenir en las elecciones de setiembre (gobernador, legisladores provinciales e intendentes), se ha formado un frente entre el Mas y el PO. Lleva a Miguel Espinaco (Mas), dirigente de la comisión interna del Banco Provincial, como candidato a gobernador, y a Edmundo Finkelstein (PO), dirigente de la oposición antiburocrática en el gremio docente, como candidato a vice.


La formación del frente amplía el alcance de la lucha que está planteada, contra el gobierno entreguista y antiobrero y contra la Alianza Santafesina (Ucr-Pdp-Frepaso). Esta última reúne al verdugo de los trabajadores municipales (Usandizaga) con el intendente rosarino de la dictadura militar (Natale). La dirección “chachista” del FG (Piccinini) se separó del Frente Grande y del Frepaso, pero se negó a impulsar un Frente de Izquierda.


El Frente Mas-PO surgió luego de la decisión del Pc, Ptp y Mst de reeditar un frente “solanista”, que iba a estar encabezado por Lisandro Viale — a lo que éste más tarde se negó. El Mst le propuso un programa a la medida del CTA, del Congreso de la Producción y del clero. Su crítica a la burocracia se circunscribe “a los dirigentes traidores de la CGT”, y en la cuestión educacional no hace una sola mención a la injerencia de la Iglesia (Carta del Mst, 20/6/95). La candidatura de Lisandro Viale la propuso el Mst, y ahora fue sustituida  por un simpatizante del PC.


Dentro de sus limitaciones “electorales”, el Frente Mas-PO postula un conjunto de reivindicaciones que lo ubica, por lejos, como la única expresión de izquierda en las elecciones santafesinas:“luchar por una nueva dirección del movimiento obrero y una organización independiente del estado, clasista y antiburocrática … fuera la burocracia de las organizaciones sindicales”; denuncia a las direcciones de la CGT, CTA y MTA, como “agentes de la patronal y el gobierno para la aplicación de sus planes”.


Levanta un programa elaborado de reivindicaciones frente a la desocupación, el derrumbe de la salud y la educación. Este punto no habla del gobierno docente estudiantil —propuesto por el PO— lo que significa que el Estado capitalista determina el contenido de la educación, aunque sí se pronuncia “contra la injerencia de la Iglesia y las empresas en la educación”, y por la derogación de los subsidios.


El programa defiende la participación en las elecciones “para impulsar a los trabajadores en la comprensión de que deben organizarse en forma independiente de la burguesía y sus partidos y luchar por la conquista del poder político, ampliar el terreno de lucha y educación que permitirá formar una gran vanguardia obrera revolucionaria”.