Políticas

9/10/1997|560

Fuera Clinton

Está claro que la popularización del vocablo ‘globalización’ ha tenido como única finalidad borrar la noción de imperialismo. La ‘interdependencia’sustituye, de este modo, a la opresión nacional que un minúsculo número de Estados poderosos ejerce sobre la mayoría de las naciones. Para los intelectuales de América Latina, en particular los de centro-izquierda, la ‘globalización’ los transforma de satélites incómodos que eran, en los‘interlocutores válidos’ que son. Pregúntenle si no al Chacho, a Freddi o a Terragno, defensores de la soberanía en situación de retiro.


Clinton viene a la Argentina, entre otros países, con la finalidad de imponer el proyecto de la ‘Iniciativa de las Américas’, apadrinado desde la presidencia Bush, para imponer un mercado único de Alaska a Tierra del Fuego en beneficio del capital norteamericano. Pretende, de este modo, reforzar su coto de caza contra la concurrencia japonesa y europea, así como la monopolización de la economía del continente.


En relación con este mismo proyecto se encuentra la satelización de las fuerzas armadas, a las que quiere convertir en una especie de policía suplementaria del Pentágono norteamericano, circunscripta al combate al narcotráfico y al llamado terrorismo. Es decir que estamos ante el planteo de un Estado supra-policial a escala del continente. Sin embargo, como lo acaba de denunciar el renunciante embajador de Canadá en México, la llamada lucha contra el narcotráfico es una pantalla. Los principales bancos norteamericanos son al mismo tiempo los principales lavadores de narcodólares. Como lo confesó hace tiempo Cavallo, la ‘apertura económica’ ha servido principalmente para el blanqueo de capitales de la droga a través de la Bolsa y de los bancos.


Clinton viene también a convertir a la Argentina en su aliado extra-Otan, lo que compromete al país a auxiliar con tropas las intervenciones militares norteamericanas en el exterior. Ninguna de estas intervenciones ha servido para pacificar nada, sino para cometer toda clase de atropellos en las naciones victimizadas por ellas. La semana pasada, las tres fuerzas armadas argentinas realizaron las maniobras militares más amplias desde la guerra de Malvinas, en Comodoro Rivadavia, escenificando un combate contra grupos étnicos en conflicto. Linda hipotésis para un ejército que se va a convertir en ‘gurka’.


El imperialismo yanqui se ha apropiado de las funciones del Estado nacional argentino desde hace mucho, como lo prueba que el presupuesto nacional es redactado por los técnicos del FMI, donde Estados Unidos reina sin rivales. Menem, por si acaso, ‘corrige’ con decretos las leyes que disgustan a los capitalistas norteamericanos. En los últimos días, el gobierno menemista se ha puesto del lado de las empresas mineras internacionales contra Catamarca; del lado de la francesa Lyonnaise des Eaux contra Tucumán, y del lado de las petroleras contra las provincias titulares de riquezas de hidrocarburos.


La consigna de Fuera Clinton expresa la conciencia nacional de esta realidad de explotación y desintegración por parte del imperialismo. Pone al día, a su vez, la reivindicación de la unidad política de América Latina, bajo la dirección de los obreros y de los campesinos.