Políticas

11/3/1999|618

Fuera el régimen de la impunidad, el hambre y la entrega

El continuo ocultamiento de los niños nacidos en cautiverio, la impunidad del ‘gatillo fácil’, el encubrimiento del asesinato de Cabezas o María Soledad, los oficiales genocidas libres, hasta los privilegios que siguen gozando los banqueros del régimen militar, son signos elocuentes, 23 años después del inicio del ‘Proceso’, que el ajuste de cuentas con la dictadura aún sigue pendiente y que la ‘democracia’ sólo ha servido para preservar el aparato de aquélla, no para desmantelarla.


Hace exactamente un año, un frente patronal entre la Alianza y el PJ votaba en el Congreso una ‘derogación’ que ratificaba la impunidad para los asesinos y sus cómplices.


Este 24 de marzo, por todas estas razones y por muchas más, no es fecha de ‘memoria’ sino de lucha activa nacional contra la represión, la impunidad y toda la arbitrariedad y explotación de este régimen. Lucha contra el retorno de los tristemente célebres edictos policiales que acaban de votar aliancistas y menemistas en la Ciudad de Buenos Aires. Lucha contra el estado de sitio a la juventud y los proyectos (de Pierri y la Alianza) de bajar la edad penal a 16 años y aumentar las penas para los delitos menores, volcando la represión sobre ‘ladrones de gallinas’ mientras los monopolios, con ‘guante blanco’, saquean el país.


Lucha, también, contra el operativo de autoindulto que persigue el régimen menemista con la ‘re-reelección’ y la política de sumisión de los ‘opositores’ fondomonetaristas.


Este 24 de marzo es, también y fundamentalmente, la oportunidad de una jornada nacional de lucha contra la masacre social que la clase capitalista está descargando sobre los trabajadores, para plantear que las organizaciones obreras y populares rompan con los partidos del régimen y asuman la lucha por la prohibición de los despidos y suspensiones y la reincorporación a la actividad productiva de todos los desocupados mediante el reparto de las horas de trabajo. Todas las organizaciones sindicales, estudiantiles, del pueblo trabajador deben convocar a esta jornada nacional de lucha.


Después de una experiencia de varios años, no existe lugar para las excusas; sólo se puede poner fin a la impunidad de los asesinos y del aparato militar; sólo se puede conquistar un régimen de verdades libertades civiles y de organización; sólo puede haber pan y trabajo para todos; sólo puede haber independencia nacional si la clase social de banqueros y capitanes de la industria que financió el golpe del 76 es desalojada del poder y sustituida por un gobierno de trabajadores.