Políticas

19/4/2007|988

Fuera Kirchner de las paritarias

Que decidan los trabajadores

Tras el imponente paro de la educación del 9 de abril y las marchas multitudinarias en todo el país, las paritarias han entrado en una escalada de tensión política. A Kirchner se le cayó un récord: junto con Duhalde, no tenían un paro nacional desde 2001.


El “parito” de la CGT de una hora fue una vergüenza y el propio paro de la CTA buscó salvar la política del gobierno, como son los topes salariales. Pero no se refirió a los reclamos salariales de los docentes.


El abrazo Yasky-Moyano estuvo orientado a apoyar a Kirchner. Kirchner felicitó en la Rosada cada entregada “voluntaria”, como las de bancarios y plásticos, con aumentos menores al 15%, en cuotas. Para aceitar la entregada, también aplaudió la “compensación” de diez millones a la Obra Social de Zanola.


Los factores que llevaron a las grandes huelgas docentes se han potenciado, lo muestra la continuidad de las rebeliones populares, especialmente en Neuquén, con cacerolazos diarios y la marcha a un paro general exigiendo la caída de Sobisch.


El tema dominante en los lugares de trabajo es la carestía, el desabastecimiento de algunos productos y el “descontrol” de los precios.


Así las cosas, a la burocracia de la UOM se le hace cada vez más difícil cerrar por los topes oficiales. Lo mismo está ocurriendo en otros gremios, frente a lo cual Tomada contragolpeó con una andanada de conciliaciones obligatorias: Fraternidad, telefónicos, petroleros privados, curtidores y, por supuesto, la gran operación contra las huelgas docentes para imponer “mediaciones” truchas, como la de un juez en el conflicto docente salteño o la del propio Yasky que actúa de “mediador”, como un “extraño” del movimiento docente del cual es el secretario general.


La conciliación en telefónicos (ver artículo) es un retroceso inadmisible. La ofensiva patronal está acompañada de despidos en Atento y de los principales activistas de la gran huelga de los contratados.


Fuera las manos de Kirchner de las paritarias, no a las conciliaciones obligatorias. Asambleas generales en todos los gremios, plenarios con mandato de fábrica, por un salario mínimo equivalente a la canasta familiar, incorporación a convenio de todos los tercerizados y precarios, basta de salarios en negro, comisiones obreras de control de condiciones laborales.